traductor

sábado, 3 de diciembre de 2016

El niñito más hermosO

un día dijo la maestra: -hoy voy a contarles un hermoso cuento. Hace muchos años, había una ciudad muy pequeñita llamada belén, en un bello país llamado judea. Las casitas de belén, blancas y limpias, relucían al sol. Era la mañana de un 24 de diciembre. Hacía mucho frío, pero mucha gente caminaba por las estrechas calles de belén ancianos, jóvenes y niños, vestidos con trajes de muy vistosos colores, acababan de llegar de distintas partes del mundo, cumpliendo una orden de su rey. Todas las casas y posadas de la ciudad, estaban llenas. Casi al oscurecer, entraba por la calle principal una mujer de rostro muy bello y mirada dulce, sentada sobre un burrito. A pie, junto al burrito, marchaba un hombre de barbas y cabellos hermosos. Sus ojos de color de miel, eran bondadosos; y su andar, algo lento, como si estuviera fatigado del largo camino recorrido. Preguntó en varios lugares si había habitacíon, pero la respuesta era siempre la misma: --no, todo está lleno al fin, al otro extremo de la ciudad, encontró a un posadero que le dijo: --no tengo habitación vacía;

pero si queréis, puedo alojaros en un establo donde sólo tengo una vaca y una mula. José, que este era el nombre del viajero, consultó con maría, que así se llamaba la mujer, y ambos decidieron pasar allí la noche. Como no tenían muebles donde sentarse, ni una vela que los alumbrara, se acostaron sobre un montón de heno para descansar. Ya estaban dormidos cuando comenzó a disminuir la oscuridad de establo. A medida que pasaba el tiempo, se iluminaba más y más. Parecía como si estuviera amaneciendo y todavía no eran las doce de la noche. No había pasado mucho tiempo y una luz, más viva que la del sol, iluminaba no soló el establo, sino a todo belén. Comenzaban el día 25... y allí, sobre un pesebre relleno de paja, estaba el más hermoso, niño que haya nacido jamás: el niñito jesus. Alrededor de su humilde cunita, estaban maría y jose, que lo contemplaban llenos de gozo... y la vaquita, la buena vaquita que ponía bocados de heno sobre la cunita, para que el niñito estuviera abrigado y no sintiera frío

Cual fue el origen de los horóscopos?

En primer lugar, ¿qué es un horóscopos? Un horóscopos es una representación gráfica de los cuerpos celestes, mostrando las posiciones relativas del sol, la luna, las estrellas y los planetas en un momento determinado. Para establecer un horóscopos individual es necesario conocer con exactitud la hora y el lugar de nacimiento, a fin de poder calcular las posiciones que los astros citados ocupaban entonces. Basándose en el conocimiento de las posiciones relativas de los astros en el momento preciso del nacimiento de una persona, los astrólogos afirman que son capaces de predecir el futuro de la misma, analizar su carácter o aconsejarla certeramente sobre sus actos y decisiones. Como ves, hemos dicho que son los “astrólogos” quienes hacen esta afirmación, lo cual ya nos sirve de indicación respecto al origen de los horóscopos. Se trata de una parte de la astrología, que a su vez consiste en la creencia de que los cuerpos celestes guardan cierta relación con los asuntos de los hombres y de que es posible predecir el futuro de la misma, analizar su carácter o aconsejarla certeramente sobre sus actos y decisiones como ves, hemos dicho que son los ”astrólogos” quienes hacen esta afirmación, lo cual ya nos sirve de indicación respecto al origen de los horóscopos. Se trata de una parte de astrología, que a su vez consiste en la creencia de que los cuerpos celestes guardan cierta relación con los asuntos de los hombres y de que es posible predecir los acontecimientos futuros a partir de observaciones astronómicas. La astrología occidental tuvo sus orígenes en caldea y babilonia, 2000 años antes de nuestra era. En un principio, era un intento de aplicar los resultados de las observación y estudios astronómicos a la vida cotidiana de las personas. Los primeros observadores advirtieron que los movimientos del sol, la luna, las estrellas y los planetas se producían con cierta regularidad, o en determinados períodos de tiempos. Por otra parte, las estaciones, las lluvias, los ciclos de crecimiento de las plantas y otros fenómenos naturales también se producían con regularidad. Asi pues, los astrólogos relacionaron ambos tipos de acontecimientos y dieron comienzo a la creencia de que los movimientos y las posiciones de los astros estaban relacionados con el curso de la vida de los seres humanos. Aunque esta creencia carece de todo fundamento desde el punto de vista de la ciencia actual, mucha gente en todo el mundo la comparte. Además experimentos realizados con pleno rigor científico demuestran que al menos, algo de cierto hay en ella.


“en un principio, la astrología,el culto de los astros y la astronomía se confundían en una sola materia. Los sacerdotes se encomendaban tanto al estudio de los atros como de su relación con los destinos del hombre. Entre los calderos y asirios, los sacerdotes eran astrólogos de profesión. A  partir de sus documentos se evidencia que la astrología caldea se fundó del culto a los astros. La obra titulada namar beli (iluminación de bel), escrita por el rey sargón tres mil años A.C muestra observaciones astronómicas y cálculos relativos a los eclipses solares y lunares, mezcladas con predicciones e interpretaciones de los sueños. Las teorías de las casas del cielo, doce según los signos del zodíaco, que continúan siendo la base de los sistemas astrologícos actuales fueron tomadas de los caldeos. Este pueblo junto con el egipcio son los principales a los que se les atribuyen los primeros fundamentos de la ciencia de  los atros.

viernes, 2 de diciembre de 2016

un gato en las nubes

perejil y yerbabuena, el cuento ya va a empezar; chocolate, fresa y menta, mi niño lo va a escuchar.
un ratoncito saliò una vez a pasear con su mamà. subieron a una colina. allí habìa muchas flores y también mariposas de varios colores. el ratoncito y su mamà miraron el cielo. --¡mira! --dijo la mamà-- se ven figuras muy grandes en las nubes. el ratoncito gritò: --¡mira, mamà! es un castillo de nubes. y allà està un conejo tambien vio un ratón, una mano, un elefante. --voy a cortar unas flores por aquì cerca靧
--dijo la mamà -- ya vengo ---està bièn, mami. yo me quedarè aquì y mirarè las nubes -- dijo el ratoncito. y siguiò mirando el cielo. la mamà llegò corriendo y dijo: --¿què te ocurre, hijito? ¿por què lloras? --hay un gato enorme en el cielo y quiere agarrarme --dijo el ratoncito -- estoy muy asustado --no tengas miedo -- dijo la mamà--, ¡mira! el gato ya no està. se ha convertido otra vez en nube. el ratoncito mirò el cielo y vio que era verdad. el gato no estaba en la nube. el ratoncito ayudò a su mamà a cortar flores y corriò tras las mariposas. pero durante el resto de la tarde no volviò a mirar el cielo♬

martes, 29 de noviembre de 2016

La curiosidad infantil

el señor cristóbal, antiguo servidor de una rica casa de andaluces, tenía muy cerca de ochenta años, las piernas flojas y la cabeza fuerte. Aunque no estaba ya para muchos esfuerzos, ni aun para pocos, los señores, agradecidos a los favores que toda la vida les prestó, le conservaban a su lado de muy buena gana. Añadase a esto que cristóbal era hábil para entretener a la gente y que en casa había dos niños, perico y maría. Una  tarde, entre el niño y la niña agotaron, si no la paciencia, que era inagotable, la sabiduría del pobre viejo, que no lo era tanto. --cristobal, ¿cuántas estrellas hay? Preguntó perico. --según...; unas noches hay más y otras hay menos, respondió el viejo. --¿y porqué? Preguntó maría. --¡toma! Porque en las noches de luna las estrellas no salen todas. --¿la luna no es una estrella? --no; la luna... es la luna. ---¿y las estrellas? ¿dónde están sujetas? --en el aire niños, en el aire. --¿y no se pueden caer? ---no tengan cuidado, niños. Mira que viejo soy yo y no he visto caerse ninguna. --y el sol ¿dónde esta? El señor cristobal temeroso de meterse en un callejón sin salida, dio un silbido respuesta. --¿no lo sabes? --no lo había de saber (claro que éste no lo sabía). Y así la lluvia de preguntas continuaba: --oye, cristobal, ¿el tren cómo anda?
--¿el tren? ¿tú no has visto el carbón que lleva dentro? --sí.
---¿y el maquinista? --también. --pues ahí lo tienes,... no hay más que fijarse en las cosas. --oye, cristobal: ¿los fosforos son veneno? --oye, cristobal: ¿los moros son malos? --oye, cristobal: ¿por qué llueve? --oye, cristóbal: ¿quién ha sembrado los árboles? Oye, cristobal...

oye, cristobal... cuando más vivo era el tiroteo de preguntas, pasó por allí la señora de la casa y preguntó acariciándolos: ---¿son malos, cristobal? Porque si son malos, desde mañana van a la escuela. ¡no hay vacaciones! Y el señor cristóbal, suspirando y riendo a la vez, se atrevió a contestar: ---señora carmen, el que va a la escuela desde mañana desde mañana soy yo.  

La ballena y el muchacho

este es el cuento de una ballena que se tragó a un muchacho. La ballena y que era oscurita por dentro. Y que era oscuriiita por dentro. Oscuriita como la cueva del guácharo. Así. Oscuriita como un volcán apagado. Así oscuriiita como una noche sin luna y sin estrellas. Así una noche de invierno, pero sin rayos ni relámpagos. Negra renegra, pues. Como el muchacho tenía una caja de fósforos, cogió y, ¡chis! Prendió un fósforo. ¿qué pasó?... que se quedó sorprendido. Que se puso casi tonto, y no era para menos. En el estómago de la ballena había lujosos cuartos, con paredes como de marfil. Blanquitas. Los pedazos de carne sobrantes, porque la ballena era muy gorda, parecían sillas, bancos, hamacas y mecedoras. Y no es que parecían solamente, sino que servían para sentarse en ellos. ¡suaaas! Sabroso. El muchacho se sentó y empezó a ver lo que ninguna otra persona había visto jamás. Era un muchacho sortario, con todo y habérselo tragado la ballena. ¡qué bellezas!...
¡qué de cosas tan preciosas!... en lo alto, colgando de un hueso en forma de garfio, había una bolsa de vidrio, y en la bolsa, apretujadas, ¡esmeraldas, diamantes, topacios, pedazos de oro, trozos de plata, monedas, medallas, rubíes, perlas, amatistas!
Eso era en lo alto, porque hacia un lado, hacia el derecho, había un estanque, de vidrio también, y en el estanque, girando, dando vueltas y más vueltas, ¡suis, suis, suis! Sin cansarse, ¡sardinas rojas color de sangre, sardinas azules color de cielo, sardínas amarillas color de oro, y verdes como las hojas, y blancas como la nieve; y rojas y verdes: sangre y hoja; y azules y blancas: nieve y cielo; y amarillas y plateaditas: oro y nube! Y cuidándolas a todas, un inmenso bagre encarnado con bigotes color de ceniza. Un bagre feo, para decir verdad. Pero las sardinas lo querían y no le temían. Un bagre bueno. Eso era hacia el lado derecho, porque hacia el otro, hacia el izquierdo, crecía un jardín maravilloso, con flores de todas clases: margaritas, azucenas, nardos, lirios, pensamientos, siemprevivas, calas, gladiolas, jazmines, claveles, geranios, gardenias, tulipanes... y algo más: una enredadera que trepaba ¡ruaqui y ruaqui!, que trepaba y trepaba hasta lo que podría llamarse el techo de la ballena. Era una  hierba. Y algo más aún: mariposas que volaban con alegría por encima de las flores. Unas grandes, de ojos pronunciados. Otras menos grandes. Otras pequeñitas, diminutas, que no parecían mariposas, diminutas, que no parecían mariposas, sino punticos con alas. Todas brillaban. Una como las plumas de los zamuros era la que más brillaba. Hacia el fondo, lejos, muy lejos, un faro potente, con una parte blanca y otra negra, un extraño faro. La parte blanca tenía millones de cinticas que la cruzaban y entrecruzaban. Cinticas como serpentinas, allí tejidas. Semejaban multitud de ferrocarriles incansables que se desplazaban a gran velocidad: o líneas interminables de automóviles; o todas las estrellas del cielo colocadas una tras otra. Una, una, otra, otra... la parte negra, ¡uy!, la parte negra infundía miedo. El muchacho y que se sacudió cuando la vio. Tembló de pies a cabeza. ¡truuuuuummm! De cuando en cuando, en esa parte negra, era lo distinto aparecía un animal como un cocuyo que encendía su luz en un segundo y la apagaba en otro. ¡tuáquiti!
        Se le miraban las patas, como una araña. Se le veían las alas. Y cuando sacaba su luz, iluminaba algo así como un hueco profundo y lleno de misterios. Pero tan rápidamente, tan ligero lo iluminaba, que no se podía distinguir nada. No había tiempo. ¡tuáquiti!. Aquel hueco era lo que más miedo daba. Fue lo que más impresionó al muchacho. si. Fue.
 Este no es sino un cuento, y cuento es siempre cuento, con partes con mentiras y partes con mentiras y partes con verdades. O mejor no decir con mentiras, sino con cosas difíciles de creer. Por eso lo que se cuenta en este cuento no se sabe si ha pasado alguna vez en el mundo. Pero como el mundo es tan grande... ¡quién sabe entonces!   



La niña lavandera

lavando estaba la niña, con el alba sus pañuelos, mientras miraba en el agua, bañados sus ojos negros. Cortando con el jabón el azogue del espejo, la niña deja pasar por el torno de sus dedos cinco chorros de cristal, cinco pedazos de cielo. La niña, lava que lava; el río corriente, ciego intenta hurtarle, jugando alguno de los pañuelos que en la orillita de plata lava con sus finos dedos la niña que se levanta con el alba y los jilgueros. Ha tenido que correr por la orillita, siguiendo el curso del ancho río que llevaba su pañuelo, el más bonito que tiene la chiquilla de ojos negros. Ya lo ha cogido gozosa y lo aprieta entre los dedos, mientras se ríen los labios del río travieso y ciego, que quiso hurtarle jugando el mejor de sus pañuelos.♕

Pintame angelitos negros

...¨se me murió mi negrito; dios lo tendría dispuesto; ya lo tendrá colocado como angelito del cielo. --desengáñese, comadre, que no hay angelitos negros. Pintor de santos de alcoba, pintor sin tierra en el pecho, que cuando pintas tus santos no te acuerdas de tu pueblo,que, que cuando pintas tus vírgenes pintas angelitos bellos, pero nunca te acordaste de pintar un ángel negro. Pintor nacido en mi tierra, con el pincel extranjero, pintor que sigues el rumbo de tantos pintores viejos, aunque la virgen sea blanca, píntame angelitos negros. No hay un pintor que pintara angelitos de mi pueblo. Yo quiero angelitos de mi pueblo. Yo quiero angelitos blancos con angelitos morenos. Angel de buena familia no basta para mi cielo. Si queda un pintor de santos, si queda un pintor de cielos, que haga el cielo de mi tierra, con los tonos de mi pueblo, con su ángel de perla fina, con su ángel de medio pelo, con sus ángeles catires, con sus ángeles morenos, con sus angelitos blancos, con sus angelitos indios, con sus angelitos negros, que vayan comiendo mango por las barriadas del cielo. Si al cielo voy algún día, tengo que hallarte en el cielo, angelitico del diablo, serafín cucurusero. Si sabes pintar tu tierra, así has de pintar tu cielo, con su sol que tuesta blancos, con su sol que suda negros, porque para eso lo tienes calientito y de los buenos. Aunque la virgen sea blanca, píntame angelitos negros. No hay una iglesa de pueblo, donde hayan dejado entrar al cuadro angelitos negros. Y entonces, ¿adónde van, angelitos de mi pueblo, zamuritos de guaribe, torditos de barlovento? Pintor que pintas tu tierra, si quieres pintar tu cielo, cuando pintas angelitos acuérdate de tu pueblo y al lado del ángel rubio y junto al ángel triqueño, aunque la virgen sea blanca pintame angelitos negros.  

sábado, 26 de noviembre de 2016

Papa olvida

Escucha, hijo: voy a decirte esto mientras duermes, una manecita metida bajo la mejilla y los rubios rizos pegados a tu frente humedecida. He entrado solo a tu cuarto. Hace unos minutos, mientras leía mi diario en la biblioteca, sentí una ola de remordimiento que me ahogaba. Culpable, vine junto a la cama. Esto es lo que pensaba, hijo: me enojé contigo. Te regañe porque no te limpiaste los zapatos. Te grité porque dejaste caer algo al suelo. Durante el desayuno te regañe también. Volcaste las cosas. Tragaste la comida sin cuidado. Pusiste los codos sobre la mesa. Untaste demasiado el pan con mantequilla. Y cuando te ibas a jugar y yo salía a tomar el tren, te volviste y me saludaste con la mano y  dijiste: “adiós, papito! Y yo fruncí entrecejo y te respondí: “ten erguido los hombros!”.
Al caer la tarde todo empezó de nuevo. Al acercarme a casa te vi, de rodillas, jugando en la calle. Tenías agujeros en las medias. Te humillé ante tus amiguitos al hacerte marchar a casa delante de mí. Las medias son caras, y si tuvieras que comprarlas tú, serías más cuidadoso. Pensar, hijo, que un padre diga eso.
Recuerdas, más tarde, cuando yo leía en la biblioteca y entraste tímidamente, con una mirada de perseguido; cuando levanté la vista del diario, impaciente por interrupción, vacilaste en la puerta. “¿qué quieres ahora?” te dije bruscamente. “nada”. Respondiste, pero te lanzaste en tempesta carrera y me echaste los brazos al cuello y me besaste, y tus bracitos me apretaron con un cariño que dios había hecho florecer en tu corazón y que ni aún el descuido ajeno puede agotar. Y luego te fuiste a dormir, con breves pasitos ruidosos por la escalera.
Bien, hijo: poco después fue cuando se me cayó el diario de las manos y entró en mí un terrible temor.
 ¿qué estaba haciendo de mí la costumbre? La costumbre de encontrar defectos, de reprender; esta era mi recompensa a ti por ser un niño. No era que yo no te amara; era que esperaba demasiado de ti. Y medía según la vara de mis años maduros. Y hay tanto de bueno y de bello y de recto en tu carácter. Ese corazoncito tuyo es grandre como el sol que nace entre las colinas. Así lo demostraste con tu espontáneo impulso de correr a besarme esta noche, hijo. He llegado hasta tu camita en la oscuridad, y me he arrodillado, lleno de vergüenza. Es una pobre explicación; sé que no comprenderás estas cosas si te las dijera cuando está despierto. Pero mañana seré un verdadero papito. Seré tu compañero, y sufriré cuando sufras, y reiré cuando rías. Me morderé la lengua cuando esté por pronunciar palabras impaciente. No haré más que decirme, como si fuera ritual: “no es más que un niño, un niño pequeñito”

temo haberte imaginado hombre. Pero al verte ahora, hijo, acurrucado, fatigado en tu camita, veo que eres un bebé todavía. Ayer estabas en los brazos de tu madre, con la cabeza en su hombro. He perdido demasiado.

martes, 22 de noviembre de 2016

golfiados

ingredientes
anís
clavitos
canela
guayabita
1 panela
1 kilo de harina de trigo leudante
1 huevo
2 cucharadas de manteca
8 cucharadas de azúcar
1 barrita de mantequilla

preparación

en un recipiente plástico pequeño se bate los huevos la manteca el azúcar y la mantequilla en un recipiente de plástico grande se hecha la harina se le hecha todo lo de la taza pequeña y se le hecha la levadura y se bate se extiende la harina como un pan se le hecha queso rallado y se le ralla panela y se le hecha por encima se enrolla y se corta se coloca en la parrilla y cuando ya valla a estar se le hecha la miel que esta preparada con los aliños con esta misma harina se hacen las quesadillas se hace una bolita y se le hecha un ollo en el centro se le hace las puntas y se le hecha queso y bocadillo

torta de manzanas

ingredientes
300 gramos de vainilla o bizcochos
1 kilogramo de manzana verdes con las cuales preparamos puré
1/4 vaso de leche
1 taza de azúcar
3 claras de huevo

preparacion

sobre un molde previamente enmantequillado y enharinado, esparcimos las vainillas o bizcochos ya triturados. Echamos sobre ellos la leche volcamos luego el puré de manzana y lo distribuimos en forma pareja. Batimos las claras con el azúcar a punto de nieve, y cubrimos con ellas el puré. Colocamos la fuente en un horno a temperatura mediana por espacio de 10 a 15 minutos hasta que las claras se oloren

la mata de cambur

había una vez un hombre que tenia un conuco. Un conuco bonito. Cierto día decidió sembrar una mata de cambur y cuando estaba sembrándola la dijo: -- los cambures que me produzca esta son para comérmelos el día de mi cumpleaños. No me los comeré antes ni me los comeré antes ni me los comeré después. Poco a poco la mata fue creciendo. El tallo se le puso grueso. Le salieron grandes hojas. El conuquero estaba contento. Decia: --mi mata va para arriba. Cada día que pasa crece más. Poco falta para que eche su carga de cambures. No pasaron muchos días sin que se hubiera formado un enorme racimo. La mata se doblaba por el peso de la carga ¡que racimo! Es verdad que el conuquero había dicho, cuando sembró la mata, que se comería los cambures el día de su cumpleaños. El mismo día y nunca antes. Sin embargo, pensaba que se le iba a hacer muy difícil esperar tanto. Los cambures lo tentaban. ¿y si los cambures maduran antes? Decia el. ¿y si maduran y vienen los pajaros a comerselos? Se preguntaba. Eso fue también lo que ocurrió. Los cambures empezaron a madurar y a los pájaros a acercarse al racimo. Cierto dia advirtió que los pájaros habían abierto un agujero en uno de los cambures. ¡malvados pájaros! Fue cuando dijo: --faltan algunos dias para mi cumpleaños. Si me pongo a esperar para cortar el racimo y comerme los cambures, es muy posible que quede sin nada. Mejor entonces es que busque mi machete y proceda ahorita mismo. Mejor es fue, ¡zuas, zuas, zuas! Y buscó su machete. Regreso, ¡¿chas, chas, chas! Y se dispuso a cortar el racimo. Pero al levantar el brazo para soltar el machetazo, los cambures le dijeron: --¿por qué vas a cortar el racimo? ¿tú no prometiste que ibas a hacerlo el día de tu cumpleaños? Promesa es promesa. El conuquero miró hacia atrás y hacia los lados para ver si había alguien por alli. Pero no había nadie. Sorprendido, dijo: --¡gua! ¿serían los cambures los que hablaron? ¡juuummm! Pero no hizo caso y levantó nuevamente el machete. Fue el machete quien dijo entonces: --- los cambures tienen razón. Usted prometó que iba a cortar el racimo el día de su cumpleaños. Quiere decir que no puede hacerlo hoy. --¿cómo es la cosa? --preguntó el conuquero con la vista clavada en el machete---. ¿qué fue lo que dijiste? El machete se quedó como si nada. No contestó. El conuquero comenzó a preocuparse. ¿cambures hablando? Se decía ¿machete hablando? ¡juuummm! No hizo caso tampoco en esta tampoco en esta ocasión y al levantar brazo y machete por tercera vez, oyó que su perro le llamó la atención: -- el machete y los cambures tienen razón, mi amo. Usted prometió que iba a cortar el racimo el día de su cumpleaños y hoy no es el día de su cumpleaños al oír decir esto a su perro, el conuquero se puso furioso: --¿que es lo que estás hablando, condenado? Ahorita te parto en dos de un machetazo para que no seas entrépito. Y levantó en verdad el brazo para darle el machetazo al perro. Pero levantado se le quedó. Levantado y tieso como una barra de hierro, y solo pudo bajarlo después que hubo soltado el machete. Entonces el conuquero se asustó tanto, que salió disparado en carrera como un bólido. Corre que corre hasta perderse de vista por los caminos del monte. Y fueron los pájaros quienes se comieron uno a uno los cambures. ¡sabrosos!

merengón

ingredientes
1 cucharadita de natilla (en polvo)
10 huevos
1 pote de leche condensada
1/2 kilo de azucar
1 pote de melocotones
1 copita de brandy o ron
1/2 litro de leche (3 tazas)

preparación de la crema
se separan de las claras 7 amarillas de huevo se coloca en la licuadora con la leche condensada las 3 tazas de leche y la cucharadita de natilla para batirlas. Luego se colocan esta preparación en una olla (que no se pegue) al fuego moviendo constantemente o en baño de maria hasta que hierva. Se abaja y se le añade la copita de brandy y una cucharadita de vainilla se mueve hasta enfriarla un poco

preparación de la miel
con el 1/2 kilo de azucar se prepara la miel colocando una taza de azucar y media de agua en una palangana se mueve bastante hasta el azucar este diluida en el agua (esto se hace antes de montarla al fuego) se coloca en el fuego sin meterle cuchara hasta que la miel quede oscura y gruesa se baten las claras de los 10 huevos en un tazón con un batidor electrico cuando comiense a engruesar las claras se le agrega 12 cucharadas de azucar poco a poco y se continua batiendo hasta que este bien grueso (minimo 25 minutos) se le agrega una cucharadita de polvo royal, luego se le agrega la miel sin dejar de batir por otros 20 minutos. Si la miel se a endurecido se pude colocar al fuego para batirla y podersela colocar a las claras sin problema se engrasa un molde con mantequilla y se va colocando en el fondo del molde una tanda de crema y encima el suspiro y por las orillas del molde se coloca la crema restante se mete al horno por 10 minutos debajo debe haber un molde con agua hirviendo
1- no se debe abrir el horno hasta que este bien frio
2- se debe hacer en un molde que tenga capacidad para que el suspiro pueda crecer
3- se debe hacer en un molde que tenga capacidad para que el suspiro pueda crecer

4- al sacarlo del homo se adorna con los albaricoques o melocotones

¿cuanto debe durar la lactancia?

Cuando se pone el niño al pecho, debe ayudársele a abarcar todo el pezón con su boca, haciendo que, de esta forma, succione sobre la aréola. De lo contrario, la leche no fluirá adecuadamente y la succión será dolorosa para la madre. Debe enseñársele que la leche va fluyendo, porque la mama empieza a vaciarse aproximadamente un minuto después de que el niño empiece a succionar. Durante las primeras semanas, una vez se ha establecido la secreción normal de leche, puede aumentarse gradualmente la duración de cada tetada, porque los pezones muestran ya la resistencia debida. El recién nacido succiona generalmente durante 20 – 30 minutos, el niño de cuatro meses unos 15 minutos, y el niño de 6 – 8 meses succiona rápida y eficazmente por espacio de 5 a 10 minutos. En ocasiones, por ejemplo en las tetadas de las 2 y las 6 de la madrugada, en las que el volumen de leche es menor, puede ser necesario dar al niño ambos pechos. Entonces debe permitirsele vaciar completamente una mama y sucionar 5 – 10 minutos de la otra. Si el niño todavía pretende continuar, debe aplicársele nuevamente a la primera mama

pan de jamón

ingredientes
1-1/2 de harina robín wood (sin leudante)
1 cucharada de mantequilla criolla de cochino
1 barrita de mantequilla (mavesa)
6 huevos
1 cucharada copetona de levadura (granulada)
1 taza de agua tibia
1/2 kilo de jamón
1 frasquito de aceitunas
1 frasquito de alcaparras
1 cajita de pasas (o 1/4 de kilo)
1 kilo de tocinera
1 taza de azúcar
1 cucharada raza de sal
1/2 kilo de queso amarillo


preparación
en la taza de agua tibia se hecha la levadura y una cucharadita de azúcar se bate bien y se deja reposar por 1/2 hora tapada con un paño. Se prepara la masa con la harina se le agrega la levadura los 6 huevos la barretica de mantequilla, la manteca la taza de azúcar y la cucharadita de sal. Se amasa bien para que este suave cuando ya este bien amasada se envuelve en un paño por 15 minutos y luego se empieza hacer los panes se divide la masa en 4 o 5 pedazos según el tamaño que desee. Se estiende uno de los pedazos en forma de arepa un poco fina se le va colocando el jamón la tocineta, el queso, las pasas, las alcaparras, las aceitunas, luego empieza a enrrollar precionando las puntas con un tenedor se coloca en un molde engrasado lo suficiente grande para que pueda crecer se deja 3 horas bien tapados con un mantel se meten al horno por 20 minutos a 300° grados se sacan y se envuelven en papel serofan para que no se entiesen

crema de chocolate para cubrir el bizcochuelo de chocolate

ingredientes
1/2 de taza de agua
1/2 leche en polvo
4 chocolate
2 taza azúcar
1 cucharilla de vainilla


en una olla se pone el agua al fuego se disuelve la leche el chocolate el azúcar la vainilla y se mueve constantemente por unos minutos se deja enfriar y se vacía con el sirope de chocolate el bizcochuelo

Para decorar una torta

1 pote de leche condensada grande
1  barra de chocolate savoy
1 barrita de mavesa para repostería con pote de leche condensada de medida leche liquida

preparación

se coloca la leche condensada el chocolate la leche liquida. En una olla a fuego lento hasta esperar moviéndose constantemente y por ultimo la mavesa se le coloca a la preparación se puede rellenar la torta o decorar también se puede rellenar la torta o decorar también se puede colocar a cocinar en baño de maria el pote de leche para que quede como arequipe y se le puede echar maní triturado

miércoles, 9 de noviembre de 2016

huevos duros a la crema

ingredientes
huevos
mantequilla
crema de leche
achicoria

preparación
los huevos se hierven durante unos 10 minutos aproximadamente; escurrirlos, refrescarlos y descascarlos. Cocer en agua hirviendo con sal achicoria bien lavada; escurrirlas y rehogarla después con un pedazo de mantequilla y crema de leche muy fresca y ligeramente salada. Poner la achicoria en una fuente, añadirle los huevos duros, recubrirlos con otra capa de crema de leche hirviente y servir



  

martes, 8 de noviembre de 2016

Paella de verduras

(6 personas)
ingredientes
500 grs de arroz
250 grs. De champiñones
2 troncos de apio
2 tomates
1 zanahoria
1 cebolla
1 pimiento
40 grs de mantequilla
2 cucharadas de aceite
1 dl de caldo vegetal

preparacion

poner en una cazuela el aceite y 40 grs. De mantequilla; apenas estén bien calientes, añadir los champiñones, el pimiento, el apio, la zanahoria y la cebolla (todo bien limpio y cortado fino) y los tomates triturados. Agregar 2 cucharadas de agua, condimentar con sal y pimienta; cocer a fuego moderado durante 1/2 de hora; añadir el arroz al sofrito y continuar la cocción a fuego vivo, mojando con un poco de caldo a medida que el arroz se seque. Algunos mintos antes de acabar de cocerlo, condimentarlo con el caldo vegetal, y retirarlo cocido “al dente” a un ángulo del fogón. Dejarlo descansar 2 minutos y servilo

Canelones de espinacas

ingredientes
20 canelones (pasta)
1 kg. De espinacas
50 grs. De pasas de corinto
50 grs. De piñones
1/2 litro de salsa bechamel
50 grs. De queso gruyére (rallado)

preparacion

hervir los canelones. Una vez cocidos extenderlos encima de mármol. Aparte  se habrán hervido las espinacas y, una vez cocidas, se habrán escurrido bien para que saquen toda el agua. Pasarlas por la sartén con un poco de mantequilla y añadir las pasas y los piñones; para ligar esta pasta se le añadirá un poco de salsa bechamel. Se repartirá esta pasta a los canelones y se enrollarán. Colocarlos en una plata, poner encima el resto de la bechamel y espolvorear con el queso rallado. Se gratinan al horno hasta que se doran bien.

salsa de tártara--salsa verde

ingredientes
1/4 de litro de salsa mayonesa
alcaparras y penillos
2 huevos duros
zumo de medio limón

preparacion
hacer un picadillo con alcaparras, los penillos y los huevos duros y mezclarlo todo con salsa mayonesa. Añadir el zumo de limón y remover concienzudamente la mezcla

2 receta
ingredientes
2 cebollas
1 ramo grande de perejil
miga de pan mojada en zumo de limón
2 dientes de ajo
aceite

preparación
formar una pasta fina con el perejil, la cebolla triturada y la miga de pan. Añadir un poco de agua caliente y pasar todo por un tamiz. Aparte, freir 2 dientes de ajo hasta que estén bien tostados.mezclar el aceite de freir los ajos con el resto de la salsa. Salar a gusto y dejar cocer la salsa durante unos instantes.


Salsa de tomates

Ingredientes
para 1 litro
1 1/2 kg. De tomates maduros
4 hojas de laurel secas
1 ramito pequeño de tomillo
3 dientes de ajo
aceite y sal al gusto

preparación

hervir los tomates durante 5 minutos. Dejarlos escurrir y después cortarlos en trozos pequeños (quitar piel y semillas). Ponerlos en una fuente, sanonarlos con sal, condimentar con los ajos machacados, el tomillo y el laurel; mezclarlos todo e introducirlo en botellas (poniéndole un poco de aceite). Preparar un caldero con un saco en el fondo, colocar las botellas dentro, intercalando entre ellas fundas de paja, cubrirlas con agua fría y llevar el caldero al fuego. Hervir durante treinta minutos y después dejarlo enfriar totalmente. Las botellas se conservarán en la nevera hasta su uso

hamburguesa vegetal con puré de patatas

ingredientes
carnica (carne vegetal)
puré de patata
aceite
sal y perejil al gusto

preparacion

es recomendable adquirir la carnica ya preparada (se encontrará en establecimientos especializados naturistas). Se tomarán porciones de carnica y se moldearán con forma de hamburguesa; una vez moldeadas se sazonarán con sal y se freirán en abundante aceite muy caliente. Despues de freírlas se colocarán en una fuente y se adornarán con puré de patata (anteriormente preparado). Para una mejor presentación se puede adornar con perejil picado. Servir caliente

ensalada de apios--garbanzos con espinacas y huevos duros

ingredientes
apios
aceite, sal y zumo de limón al gusto

preparacion

escoger pencas blancas y tiernas de apio, lavarlas con cuidado, cortalas a pedazos de 4 cm. De largo y despues en bastoncitos delgados; hervirlas (para eliminar el sabor agridulce), escurridas y hacerlas enfriar. Preparar en una vasija pequeña una mezcla de aceite, sal y zumo de limón; macerar en ella los apios durante un par de horas (revolviéndolos de vez en cuando) después ya se pueden servir.

2 receta
ingredientes
1/2 kg. De garbanzos
200 grs. De espinacas
2 huevos
1 taza de aceite de oliva
sal al gusto

preparacion
cocer el agua y sal los garbanzos. Escurrirlos y rehogarlos en una cazuela de barro con aceite caliente. Hervir las espinacas, escurrirlas y rehogarlas con un poco de aceite en una sartén. Añadirlas a la cazuela de los garbanzos. Pelar los huevos ya cocidos y añadirlos cortados en forma de gajos

Zumo de tomates Escalibada

ingredientes
1/2 kg. De tomates maduros
sal y zumo de limón al gusto

preparación

se pelan los tomates y se trocean. Posteriormente se baten en una batidora y se tamizan. Se le añadirá la sal y, si se desea, un chorrito de zumo de limón. Se revolverá un poco y se servirá en un vaso o una copa.

2 receta ingredientes
2 pimientos verdes
1 pimiento rojo
2 berenjenas
2 tomates maduros grandes
1 cebolla grande
4 patatas
150 cc. De aceite
zumo de limón
sal
preparacion
asar en el horno los pimientos, las berenjenas y los tomates rociados de aceite, las patatas con piel y la cebolla. Cortar a tiras las berenjenas y los pimientos, prescindiendo de las semillas y el tallo. Pelar y trocear los tomates y la cebolla. Pelar las patatas y partilas por la mitad; vaciarlas un poco y hacer una pasta con la pulpa extraída, sal, aceite y unas gotas de limón; rellenar con esta pasta las patatas. Colocar en una fuente todas las hortalizas y sazonar con sal, aceite y unas gotas de limón

migas

ingredientes
pan sobrante de las comidas
aceite
2 dientes de ajo

preparacion

cortar el pan en cuadrados y empaparlos en agua salada. Dejar reposar toda la noche para que, en el momento de la elaboración, las migas estén totalmente secas. Freír dos dientes de ajo en una sartén con bastante aceite. Cuando estén bien dorados, sacar los ajos y retirar la sartén del fuego. Echar las migas en ese mismo aceite y revolverlas continuamente hasta que el pan esté dorado por igual.

la excursión

al terminarse los exámenes, todos los alumnos sintieron una gran alegría, porque habían podido leer con éxito en el libro de lectura. El maestro, muy satisfecho de la tarea realizaba, los llamó y les dijo: --amigos míos, quiero felicitarlos por la excelente labor rendida durante el curso, y a la vez, invitarlos a una excursión al campo. Los niños aplaudieron alegremente. Llegó el sábado, y salieron en el autobús de la mañana. Era la sexta excursión que hacían ese año. El día amaneció espléndido, y los muchachos estuvieron a la hora exacta de tomar el autobús. Ni a uno solo se le hizo tarde. Cuando llegaron al término de su viaje, visitaron una mina de hierro, que estaba en explotación, y después de jugar a la pelota, de comer frutas y correr cuanto desearon, emprendieron el regreso. Volvían felices por las muchas diversiones de que habían disfrutado.

La mujer pobre y la mujer rica

en un pueblo del interior vivía una mujer muy pobre que era vecina de otra muy rica. Un dia la mujer pobre cayó gravemente enferma y cuando estaba a punto de morir, se recordó de la santísima trinidad y dijo: --¡cúrame, santisima trinidad! Tú siempre me has ayudado. Mete tu mano, virgencita querida. ¡salvame! No me abandones. La santisima trinidad oyo el ruego de la mujer, pues una semana más tarde estaba sanita, sí señor sanita sin enfermedad. Se le desaparecieron los dolores, que eran tantos; se le quitaron las arrugas ¡suas! Como si la hubieran estirado; las mejillas retornaron a su color natural; y dejó de temblar, porque temblaba, taraqui, taraqui, taraqui, como una máquina. En vez de llorar, cantaba: tranina traninanina. Dejó de ser triste para ponerse contenta. Con decir que parecía como si hubiera acabado de nacer, o como si fuera otra persona.--todo se lo debo a la santísima trinidad –repetía--. Puse en ella mi fe y me curé y como todo se lo debía a la santisima trinidad, fue a la iglesia, se arrodilló ante la santa, le rezó, le dijo las gracias y le dijo: ---no tengo nada para regalarte, virgencita.
Pero si pasas mañana por mi casa, a la hora del almuerzo, encontrarás preparado un pollito que quiero que te comas. Y me perdonas lo poco. Es lo unico que puedo ofrecerte. ¿vas a ir? Entonces le pareció oír una voz lejana, como un eco, que dijo: ---iré. Al día siguiente, bien, pero bien temprano, la mujer se puso a preparar el pollo. --¿será mejor asado o será mejor guisado? --se preguntaba. Estaba indecisa. ---¿cómo le gustará más a la santísima trinidad? ¿cómo? Decidio guisarlo. Hizo salsa de tomate con los tomates del corral y se la derramó encima al pollo. ¡qué sabroso! El pollo tenía un olor exquisito. ¡ahhhhhh! Tranina traninanina cuando estaba poniendo la mesa, tocaron a la puerta: --¡tum, tum, tum! --¿quién es? --¡una limosnita, por el amor de dios! ¡una limosnita! La mujer se angustió: --¿y qué le doy, si no tengo nada que darle? Pues  le arrancó un ala al pollo, abrió la puerta y se la entregó al pordiosero. --es lo único que puedo darte –le dijo –dios se lo pague –dijo el pordiosero, y se fue luaqui, luaqui, luaqui, comiéndose su ala de pollo. Pero ahí mismitico tocaron otra vez: --¡tum, tum, tum! ---¿quién es? --¡una limosnita, por el amor de dios! ¡una limosnita! La mujer se angustió: ---¿y que l doy, si no tengo nada que darle? Pues le arrancó un ala al pollo, abrió la puerta y se la entregó al pordiosero. --es lo único que puedo darte ---le dijo. ---dios se lo pague –dijo el pordiosero, y se fue, luaqui, luaqui, luaqui, comiéndose su ala de pollo perro ahí mismitico tocaron otra vez: --¡tum, tum, tum! --¿quién es? --¡una limosnita, por el amor de dios! ¡otra limosnita!... --ya va pero está vez la mujer se angustio menos. Le arrancó la otra ala al pollo, abrió la puerta y se la dio al limosnero. --es lo único que puedo darte. --gracias, buena mujer. Dios te lo pague. --amen y no habían pasado cinco minutos, pero ni cinco minutos, apenas tres, cuando volvieron a tocar a la puerta. No era la virgen, sino un tercer limosnero, sí señor. La mujer le arrancó un muslo al pollo, ¡juáquiti! Y se lo dio al limosnero. --gracias, señora. Un millon de gracias. --no hay de qué.
Entonces la mujer pensó: --tendré que explicarle a la santísima trinidad lo que ha pasado. Ella me comprenderá. Por fortuna algo queda todavía del pollo: un muslo, la pechuga, el pescuezo. Algo. Y se sentó a esperar a la virgen. Espera y espera. Las doce, la una, las dos, las tres, las cuatro... --¿qué le habrá pasado?¿será que no tiene hambre?¿sera que se lo olvidó? No puedo ser que haya querido despreciarme, porque... no puede ser. Las cinco... como todavía a esa hora no había llegado, la mujer se fue para la iglesia y se arrodilló ante la imagen de la santa. Se sonrió y la miro en la cara.¡qué cara más hermosa! --¿qué te pasó? ---le preguntó con la voz temblorosa por la emoción---. ¿por qué no fuiste? Me dejaste esperando todavía queda bastante del pollito. Entonces a la mujer le pareció oír que la virgen dijo: ---no te preocupes. Yo estoy enterada de todo con la intención basta. Regresa a tu casa tranquila y cómete en mi nombre lo que queda del pollo. ¡vete, anda! La mujer se levantó complacida, llegó a su casa y se comió el resto de pollo en nombre de la virgen. Se lo comio en un  dos por tres, porque tenía un hambre... ¡ooooye! Y lo mejor vino entonces, pues al entrar a su cuarto, ¡que alegría!, halló sobre la cama un montonón de monedas de oro que casi llegaban hasta el techo. ¡amarillitas! Pero un montonón. La mujer se encandiló. --¿qué es esto, dios mío? Como eran tantas las monedas, decidió ir a la casa de la vecina rica para pedirle prestada la medida que ella usaba para medir su dinero y otras. Fue --¡como no! ---manifesto la vecina rica---. Déjeme buscársela. Pero cuando estaba en la cocina, dijo: ---voy a ponerle este poco de cera en el fondo a la medida para ver qué es lo que va a medir mi vecina. ¿qué será? La mujer pobre cogió la medida, entró en su casa y se puso a medir las monedas. Una, dos, tres... siete... nueve... catorce medidas. ¡vaya! Mientras más medía, más monedas aparecían. ¡tilín, tilín, tilín! Hasta que al fin se acabaron, como ocurre con todas las cosas. Pero ya la mujer pobre, que ahora no era ninguna pobre, claro está, había llenado más de doce sacos. ¡upale! Cogio otra vez la medida y sin revisarla, fue a llevársela a su vecina. Esta se quedó sorprendida. ¡en el fondo estaba pegada una moneda de oro! --debes tener muchas ---le dijo---. Muchas ¿de dónde la sacaste? Como no era egoísta, la mujer pobre le contó todo a su vecina.
--¿así es?... te felicito. ¡qué suerte! Pero mentira. Ella no quería felicitarla nada. Lo que sentía era envidia. Si, envidia, una envidia que se la comía por dentro. Y también como rabia, o como odio. Rabia y odio al mismo tiempo. ¿y qué hizo?... sin haber estado enferma, sin tener nada que agradecerle a la santísima trinidad, fue al corral, agarró un pavo, no un pollo, sino un pavo bien grande, le torció el pescuezo, ¡ruaqui, ruaqui,ruaqui!, lo desplumó y se puso a guisarlo. No es por nada, pero le quedó muy sabroso ¡que olor! ¡que sabor! A la salsa no le puso tomates solamente, sino que la echó alcaparras, cebolla, ajo, coliflor, ají, pimentón, aceitunas, perejil, pimienta, comino, aceite, vinagre... de todo, pues. Como era rica, nada le faltaba. Entonces cogió el camino de la iglesia, entró y se arrodilló ante la virgen: --santisima trinidad, vengo a hacerte una invitación. Te he preparado un pavo para que te lo comas. Nada menos. Te espero en mi casa mañana a las doce. ¡cuidado como dejas de ir! En ese momento le paeció oír una voz remota, como un eco, que dijo: --ire a tu casa mañana. Espérame. Al día siguiente la mujer rica se levantó muy temprano y se puso a preparar la mesa. Un mantel bordado, cubiertos de la mejor clase, tazas de porcelana, vasos y copas de cristal más fino. ¡bueno, pues! Y comenzaron a pasar las horas... las ocho, las nueve, las diez... las once y media. --tum, tum, tum! --tocaron a la puerta. --¿quien es? --¡una limosnita, por el amor de dios! ¿una limosnita?... ¡inoportuno! La mujer abrió y le grito al limosnero: --¡qué limosnita ni qué limosnita! ¡váyase de aquí inmediatamente, flojo! Y le tiró la puerta en la cara. ¡tratán! Las once y cuarenta y cinco de la mañana... --¡tum, tum, tum! --¿quién es? --¡una limosnita, por el amor de dios! ¿una limosnita?... ¡inoportuno! La mujer abrío y le gritó al limosnero: -¡qué limosnita ni qué limosnita! ¡váyase de aquí inmediatamente, flojo! Y le tiró la puerta. ¡trantrán! Las once y cuarenta y cinco de la mañana... --¡tum, tum, tum,! --¿quién es? --¡una limosnita, por el amor de dios! --ahora sí es verdad que se puso buena la cosa –comentó la mujer---. Estos malditos limosneros huelen desde lejos lo que la gente prepara para comer y comienzan a desfilar y a pedir y a pedir: <¡una limosnita, por el amor de dios! Buscó la escoba, abrió la puerta y, ¡juaqui, juaqui, le dio dos soberanos escobazos al pobre por el lomo.
--¡ay, ay! --gritó este, y se alejo adolorido. Tan,tan,tan,tan,tan,tan,tan,tan,tan,tan las doce... al sonar la última campanada del reloj, tocaron otra vez: ---¡la santísima trinidad! ---dijo la mujer---. Debe ser ella. Y salió disparada a abrir la puerta. Pero no era la virgen, no sino un tercer pordiosero. ¡cómo se puso de furiosa la mujer! --¡una limosnita, por el amor de dios! Espere un momentico, que ya voy a traérsela. ¡limosnita!... cogió un balde,lo llenó de agua, y  ¡chuaqui! Se le vació encima al pordiosero. Este no dijo nada, se sacudió la ropa y se fue triste. ¡qué tan mala! Como las horas seguían pasando y la santísima trinidad no aparecía trinidad no aparecía, la mujer decidió ir a la iglesia. Tras, tras,tras, y entró. --¿qué te ha pasado, virgencita linda? --dijo con hipocresía---. En mi casa te está esperando el pavo. Está sabrosísimo. Entonces a la mujer rica le pareció oír una voz que le dio: --yo fui a tu casa disfrazada de pordiosero. Tres veces fui. Y nadie más que tú sabe lo que ocurrió: me tiraste la puerta en las narices, primero; me diste dos escobazos, después; y por último, me echaste un balde de agua encima ¿fui o no fui a tu casa? La mujer rica se asustó. Quiso hablar y no le salieron las palabras. Tenía trabada la lengua. Quiso gritar y no pudo: no le salió el grito. Quiso llorar y tampoco: tenía secos los ojos, sin lágrimas y la garganta apretada. Se puso de pie y corrió a su casa, llena de terror. Cuando llegó, ¡ay, dios mío!, solo encontró un montón de ruinas. ¡ufff! Las paredes derrumbadas, la madera hecha carbón, humo y fuego en todas partes, hierros encendidos. Un pavoroso incendio le había destruido la casa.

las vacaciones de juanito

el abuelo de juanito tenía una hacienda no lejos de la playa. Al niño le gustaba pasarse allí las vacaciones porque así podía correr por la yerba, arrear los bueyes, recorrer los sembrados, montar a caballo, hacer casitas de palmas y, por la noche, coger lucérnagas. Todas las mañanas, después de dar de comer a las gallinas, iba con el abuelo a la playa, paseaban por la orilla del mar y algunas veces salían en la lancha del vecino. Cuando llovía, se quedaba en la casa, y se pasaba el día ayudando al abuelo u oyendo los cuentos de la abuelita. Llegaron de nuevo los días de clases, y juanito sintió la tristeza de dejar a sus abuelos y a los pájaros y a las flores; pero sentía alegría por ver de nuevo a sus compañeros, a la maestra, y por todas las cosas nuevas que iba a aprender. Los abuelos vieron marchar a juanito con tristeza y lo llenaron de regalos, mientras le decían: --juanito, te esperamos en las próximas vacaciones

martes, 1 de noviembre de 2016

Ensalada variada

ingredientes
1 lechuga tierna
3 tomates fuertes
3 zanahorias tiernas (ralladas)
1 cebolla mediana
aceitunas verdes y negras
1 pepino pequeño
un manojo de rabanitos
aceite y sal al gusto
zumo limón

preparacion

lavar bien las hojas de lechuga y trocearlas. Lavar y pelar el pepino, las zanahorias, los tomates, los rabanitos y la cebolla; trocearlo todo y mezclarlo con la lechuga. Añadir las aceitunas y proceder al aliño con abundante aceite, un chorro de zumo de limón y una pizca de sal

sábado, 29 de octubre de 2016

compota de manzanas

ingredientes
1 kg. De manzanas
1/4 kg. De azúcar
1/2 kg litro de agua
corteza de limón

preparacion
pelar las manzanas y cortarlas en trozos, sacándoles el corazón. Colocar en una tartera con el agua, el azúcar y la corteza del limón y poner al fuego. Cocer hasta que la fruta quede tierna pero sin deshacerse. Servir con su jugo.


huevos duros con guisantes y salsa de tomate (6 personas)

ingredientes
400 grs. De guisantes
6 huevos
1 cebolla pequeña (triturada)
salsa de tomate
sal
preparacion

cocer los guisantes a fuego lento en una cazuela, con un poco de aceite y un poco de cebolla triturada, y sazonarlo todo con un poco de sal. Retirarlos del fuego y pasarlos por una sartén con un poco de aceite a fuego medio, hasta que queden más bien secos. Cocer los huevos 10 minutos aproximadamente, hasta que estén duros, cortarlos por la mitad y colocarlos en platos de barro junto con los guisantes y la salsa de tomate

huevos al nido (4personas)

ingredientes
4 panecillos redondos (medianos)
500 grs. De queso emental o mozzarella
4 huevos frescos
aceite y sal

preparación
se abren los panecillos por su parte superior y se vacían bien de miga; en su interior se coloca primero el queso rallado y después la yema de un huevo por panecillo (la clara se batirá a punto de nieve en un recipiente) se recubre el orificio superior del panecillo con la clara (a punto de nieve) y se frie con aceite muy caliente, sin dejar de rociar la parte superior del panecillo con cucharada del mismo aceite de la sartén. Cuando esté bien dorado se deja que se escurra bien el aceite y se sirve bien caliente


viernes, 28 de octubre de 2016

Quién fabricó el primer motor?


Un motor es una máquina que produce movimiento. Su papel consiste en transformar una energía, generalmente calorífica, en un movimiento que permita realizar un trabajo. Los hombres dispusieron de herramientas mucho antes de tener motores con que accionarlas. En un principio, la única energía que había para accionar dichas herramientas era la de la fuerza muscular del hombre o de los animales. Más adelante, la humanidad aprendió a provechar el viento con velas y molinos de viento. Cuando un molino de viento empezó a bombear agua y a moler grano, ya se trataba de cierta clase de motor. Asimismo, la energía de los saltos de agua también se transformó en trabajo gracias a las norias. Pero cuando los hombres aprendieron a controlar la energía del calor en los motores, toda nuestra civilización empezó a cambiar. En realidad, la primera aplicación que se conoce del calor del fuego para accionar un motor tuvo lugar hace unos 2000 años.

Un filosofo griego llamado herón construyó la primera máquina de vapor, si bien era demasiado pequeña para efectuar ningún trabajo. En 1705, un ingles llamado thomas newcomen inventó una máquina de vapor utilizable. Esta se empleó para extraer el agua de las minas de carbón, pero consumía demasiado combustible. En el siglo XVIII, james watt fabricó una máquina de vapor perfeccionaba, diseñando válvulas que funcionaban automáticamente, de forma que ya hacía falta que nadie permaneciera junto a la máquina para accionar las válvulas que hacían subir y bajar el pistón. En 1803, robert fulton utilizó la máquina de vapor de watt para impulsar un buque, y en el decenio de 1820, george stephenson construyó un ferrocarril de vapor en inglaterra. A pesar de todo, el motor de vapor era muy pesado, pues la combustión tenía lugar en un horno exterior a la caldera. El motor de gsolina, concebido en 1878 por alemán nicholas otto, representó el primer paso hacia la solución del problema del peso. Este motor no necesitaba un horno separado, y era muchísimo más ligero que una máquina de vapor de la misma potencia.

“en la antiguedad, los egipcios, griegos y romanos conocían una máquina de vapor llamada bola de eolo, descrita por herón, uno de los sabios de alejandría. Fundamentalmente constaba de una caldera y de una esfera hueca que apoyaba en 2 columnas, podía dar vueltas sobre sí misma por efecto del paso del vapor proveniente de la caldera. Aunque algunas crónicas nos dicen que había sacerdotes que la utilizaban para efectuar sus oráculos, parece ser que la entretenimiento para los sabios de la antiguedad. Los progresos de la máquina de vapor fueron muy lentos a través de los siglos. Una crónica del siglo XVI, apócrifa, da fe de un invento o aplicación de la máquina de vapor a la navegación mediante la aplicación a los barcos de unas ruedas de paletas. Una aplicación de la máquina de vapor para elevar el agua, una bomba de agua, fue descrita por un escritor italiano del siglo mismo siglo aseguró haber dado con artefactos para elevar el agua, propulsar navíos y achicar el agua de los pozos, pero no aportó pruebas de ellos. La aplicación de los motores de vapor fue la base de la revolución industrial”


energía: todo aquello que puede realizar un trabajo; la luz, la electricidad, el calor y el magnetismo, son formas de energía
stephenson, George (1781-1848): ingeniero británico que inventó  la tracción a vapor sobre vía férrea e intervino en casi todas las líneas de ferrocarril de europa.
Fulton, robert (1765-1815): inventor norteamericano establecido en inglaterra y francia. Construyó el primer sumergible con hélices, el nautilus.
Válvula: pieza que en ciertas máquinas sirve para abrir y cerrar un orificio para interrumpir la comunicacíon entre 2 órganos