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martes, 13 de septiembre de 2016

Absceso cerebral

Definición: el absceso cerebral es un acumulo de pus, dé tamaño variable, que se localiza en la zona externa del cerebro y está casi siempre rodeado de una cápsula.

Etología: las causas de un absceso craneal son siempre de origen infeccioso. La enfermedad se puede originar por extensión de una infección de la misma cavidad craneal (oído medio, senos nasales) por un traumatismo craneal que permita la entrada de material infeccioso o por metástasis (el foco infeccioso está en otra zona corporal, es decir, la infección es a distancia). Estos abscesos metastásicos pueden provenir de abscesos pulmonares, bronquiectasias, neumonías, abscesos hepáticos, prostatitis, osteomielitis y otras menos frecuentes.

Síntomas: el paciente sufre un adelgazamiento rápido. Son frecuentes los síntomas de hipertensión intracraneal (cefaleas, náuseas, vómitos). El estado psíquico del enfermo puede verse afectado de forma muy variable. En algunos casos presentara cansancio, somnolencia; en otros irritabilidad, insomnio, confusión mental. Si el absceso es en el lado izquierdo puede aparecer afasia. Generalmente no existe fiebre, y si no existe una gran hipertensión intracraneal, el pulso y la temperatura son normales. Si el absceso drena en los ventrículos (localizados en la zona interna del cerebro), aparecen convulsiones, delirios, trastornos motores y muerte en pocas horas

Diagnóstico: Se puede sospechar la existencia de absceso cerebral en pacientes afectados de infecciones agudas o crónicas del oído medio, senos nasales, corazón o pulmón, o cuando aparecen trastornos neurológicos progresivos y a veces hipertensión intracraneal. Un absceso de cerebro es muy fácil de confundir con un tumor cerebral.

Tratamiento: una vida sana y natural es una buena profilaxis de todas las enfermedades infecciosas y por tanto de la aparición de material infeccioso en el cerebro. Pero una vez éste haga su aparición, la enfermedad deberá ser tratada quirúrgicamente, y aún en este caso, el índice de mortalidad oscila entre un 35 y 55% dependiendo de la localización del absceso, grosor de la cápsula y origen del foco infeccioso. Lo ideal es la extirpación completa del absceso, aunque a veces se pueden realizar técnicas de drenaje del pus. El tratamiento quirúrgico (que no debe realizarse si el absceso no esta firmemente encapsulado) se combinara con antibióticos administrados antes y después de la operación.