Definición: el absceso cerebral es un acumulo de pus, dé tamaño variable, que
se localiza en la zona externa del cerebro y está casi siempre rodeado de una
cápsula.
Etología: las causas de un absceso craneal son siempre de
origen infeccioso. La enfermedad se puede originar por extensión de una
infección de la misma cavidad craneal (oído medio, senos nasales) por un
traumatismo craneal que permita la entrada de material infeccioso o por
metástasis (el foco infeccioso está en otra zona corporal, es decir, la
infección es a distancia). Estos abscesos metastásicos pueden provenir de
abscesos pulmonares, bronquiectasias, neumonías, abscesos hepáticos, prostatitis,
osteomielitis y otras menos frecuentes.
Síntomas: el paciente sufre un adelgazamiento rápido. Son
frecuentes los síntomas de hipertensión intracraneal (cefaleas, náuseas,
vómitos). El estado psíquico del enfermo puede verse afectado de forma muy
variable. En algunos casos presentara cansancio, somnolencia; en otros
irritabilidad, insomnio, confusión mental. Si el absceso es en el lado
izquierdo puede aparecer afasia. Generalmente no existe fiebre, y si no existe
una gran hipertensión intracraneal, el pulso y la temperatura son normales. Si
el absceso drena en los ventrículos (localizados en la zona interna del
cerebro), aparecen convulsiones, delirios, trastornos motores y muerte en pocas
horas
Diagnóstico: Se puede sospechar la
existencia de absceso cerebral en pacientes afectados de infecciones agudas o
crónicas del oído medio, senos nasales, corazón o pulmón, o cuando aparecen
trastornos neurológicos progresivos y a veces hipertensión intracraneal. Un
absceso de cerebro es muy fácil de confundir con un tumor cerebral.
Tratamiento: una vida sana y natural es
una buena profilaxis de todas las enfermedades infecciosas y por tanto de la
aparición de material infeccioso en el cerebro. Pero una vez éste haga su
aparición, la enfermedad deberá ser tratada quirúrgicamente, y aún en este
caso, el índice de mortalidad oscila entre un 35 y 55% dependiendo de la
localización del absceso, grosor de la cápsula y origen del foco infeccioso. Lo
ideal es la extirpación completa del absceso, aunque a veces se pueden realizar
técnicas de drenaje del pus. El tratamiento quirúrgico (que no debe realizarse
si el absceso no esta firmemente encapsulado) se combinara con antibióticos
administrados antes y después de la operación.