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jueves, 13 de octubre de 2016

pueden oír los peces?

Si has ido alguna vez a pescar quizá te hayas acercado a la orilla de arroyo con cuidado para que los peces no te oigan. Si el pez te oye llegar, lo más probable es que se vaya en busca de un lugar más seguro..., pues los peces sí tienen oídos y son capaces de oír. Sin embargo, los oídos de los peces están situados en su interior, y no en contacto con el exterior como los de tantos otros animales que todos conocemos. Mucha gente tiene la impresión de que los peces consiguen arreglárselas sin necesidad de cumplir algunas de las funciones que, según sabemos, son necesarias para la vida. Quizás esta impresíon se deba a que los peces son criaturas de sangre fría, o tal vez al hecho de que nos gusta pescarlos y preferimos pensar que no se enteran de lo que les ocurre. Sin embargo, los peces tienen un sistema nervioso igual que los demás animales. Si les causamos incomodidades, se dan cuenta; si le hacemos daño, sufren dolor.


Los peces tienen un sentido del tacto muy desarrollado, y –cosa curiosa—son capaces de apreciar los sabores a través de la piel. Asimismo, tienen también 2 pequeños órganos del olfato situados en la cabeza, en unas cavidades como nuestros “agujeros de la nariz”. El hecho de que los peces  tengan la sangre fría no significa que puedan pasarse sin un “combustible” que mantenga la actividad de su cuerpo, al igual que nosotros. Este “combustible”, por supuesto, es la comida, que al quemarse los tejidos vivos del pez le proporciona energía vital y capacidad de crecimmiento y acción. La corriente sanguínea transporta, además del alimento, el oxígeno necesario para la combustión, lo cual significa que los peces tienen un corazón para impulsar la sangre, como nosotros. Los peces viven en tantos ambientes distintos que forzosamente deben diferenciarse en muchos aspectos. Así, existen peces que además de las branquias tienen pulmones para respirar en el aire. Algunos viven siempre en cuevas y son ciegos, pero han desarrollado unas “atenas” en la cabeza con las que palpan el entorno. Hay peces que viven en agua salada, y otros que son de agua dulce. Algunos, los llamados “peces abisales”, viven únicamente en las grandes profundidades del océano.
“el oído de los peces es bastante diferente y más imperfecto que el de los vertebrados superiores. Carece de oído externo y oído medio, y de oído interno carece de caracol. Algunos tipos de peces sólo poseen un canal semicircular que constituyen la totalidad del órgano auditivo. En la mayoría de veces está formado por un laberinto y tres canales semicirculares. Naturalmente, el oído de los peces no está preparado para identificar las ondas sonoras transmitidas en la atmósfera, como lo hacen los vertebrados, pero pueden distinguir las ondas sonoras y vibraciones transmitidas por el agua. Muchos peces emiten sonidos particulares. El sentido olfativo está situado en las fosetas del hocico y el gusto, muy elemental, reside en la boca y en la mucosa del paladar. El tacto está localizado en los labios, aletas y en algunos de sus apéndices. El sentido más parecido al de los vertebrados es el de la vista, común a casi todos los peces salvo aquellos que por su especial medio de vida lo tienen atrofiado. Sin embargo, se diferencian de los de aquéllos por su aplastamiento. Generalmente carecen de párpados Los peces tienen un sentido del tacto muy desarrollado, y –cosa curiosa—son capaces de apreciar los sabores a través de la piel. Asimismo, tienen también 2 pequeños órganos del olfato situados en la cabeza, en unas cavidades como nuestros “agujeros de la nariz”. El hecho de que los peces  tengan la sangre fría no significa que puedan pasarse sin un “combustible” que mantenga la actividad de su cuerpo, al igual que nosotros. Este “combustible”, por supuesto, es la comida, que al quemarse los tejidos vivos del pez le proporciona energía vital y capacidad de crecimmiento y acción. La corriente sanguínea transporta, además del alimento, el oxígeno necesario para la combustión, lo cual significa que los peces tienen un corazón para impulsar la sangre, como nosotros. Los peces viven en tantos ambientes distintos que forzosamente deben diferenciarse en muchos aspectos. Así, existen peces que además de las branquias tienen pulmones para respirar en el aire. Algunos viven siempre en cuevas y son ciegos, pero han desarrollado unas “atenas” en la cabeza con las que palpan el entorno. Hay peces que viven en agua salada, y otros que son de agua dulce. Algunos, los llamados “peces abisales”, viven únicamente en las grandes profundidades del océano.
órgano auditivo: oído
selacio: pez cartilagíneo que tiene las branquias fijas por sus dos bordes y móvil la mandíbula inferior, como el tiburón
foseta: cavidad del organismo
atrofia: falta de desarrollo de cualquier parte
palpar: tocar con las manos una cosa, para percibirla o reconocerla por el sentido del tacto.
Emitir: arrojar, expulsar o echar hacia fuera una cosa.
Paladar: parte interior y superior de la boca del animal.