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viernes, 28 de octubre de 2016

Quién fabricó el primer motor?


Un motor es una máquina que produce movimiento. Su papel consiste en transformar una energía, generalmente calorífica, en un movimiento que permita realizar un trabajo. Los hombres dispusieron de herramientas mucho antes de tener motores con que accionarlas. En un principio, la única energía que había para accionar dichas herramientas era la de la fuerza muscular del hombre o de los animales. Más adelante, la humanidad aprendió a provechar el viento con velas y molinos de viento. Cuando un molino de viento empezó a bombear agua y a moler grano, ya se trataba de cierta clase de motor. Asimismo, la energía de los saltos de agua también se transformó en trabajo gracias a las norias. Pero cuando los hombres aprendieron a controlar la energía del calor en los motores, toda nuestra civilización empezó a cambiar. En realidad, la primera aplicación que se conoce del calor del fuego para accionar un motor tuvo lugar hace unos 2000 años.

Un filosofo griego llamado herón construyó la primera máquina de vapor, si bien era demasiado pequeña para efectuar ningún trabajo. En 1705, un ingles llamado thomas newcomen inventó una máquina de vapor utilizable. Esta se empleó para extraer el agua de las minas de carbón, pero consumía demasiado combustible. En el siglo XVIII, james watt fabricó una máquina de vapor perfeccionaba, diseñando válvulas que funcionaban automáticamente, de forma que ya hacía falta que nadie permaneciera junto a la máquina para accionar las válvulas que hacían subir y bajar el pistón. En 1803, robert fulton utilizó la máquina de vapor de watt para impulsar un buque, y en el decenio de 1820, george stephenson construyó un ferrocarril de vapor en inglaterra. A pesar de todo, el motor de vapor era muy pesado, pues la combustión tenía lugar en un horno exterior a la caldera. El motor de gsolina, concebido en 1878 por alemán nicholas otto, representó el primer paso hacia la solución del problema del peso. Este motor no necesitaba un horno separado, y era muchísimo más ligero que una máquina de vapor de la misma potencia.

“en la antiguedad, los egipcios, griegos y romanos conocían una máquina de vapor llamada bola de eolo, descrita por herón, uno de los sabios de alejandría. Fundamentalmente constaba de una caldera y de una esfera hueca que apoyaba en 2 columnas, podía dar vueltas sobre sí misma por efecto del paso del vapor proveniente de la caldera. Aunque algunas crónicas nos dicen que había sacerdotes que la utilizaban para efectuar sus oráculos, parece ser que la entretenimiento para los sabios de la antiguedad. Los progresos de la máquina de vapor fueron muy lentos a través de los siglos. Una crónica del siglo XVI, apócrifa, da fe de un invento o aplicación de la máquina de vapor a la navegación mediante la aplicación a los barcos de unas ruedas de paletas. Una aplicación de la máquina de vapor para elevar el agua, una bomba de agua, fue descrita por un escritor italiano del siglo mismo siglo aseguró haber dado con artefactos para elevar el agua, propulsar navíos y achicar el agua de los pozos, pero no aportó pruebas de ellos. La aplicación de los motores de vapor fue la base de la revolución industrial”


energía: todo aquello que puede realizar un trabajo; la luz, la electricidad, el calor y el magnetismo, son formas de energía
stephenson, George (1781-1848): ingeniero británico que inventó  la tracción a vapor sobre vía férrea e intervino en casi todas las líneas de ferrocarril de europa.
Fulton, robert (1765-1815): inventor norteamericano establecido en inglaterra y francia. Construyó el primer sumergible con hélices, el nautilus.
Válvula: pieza que en ciertas máquinas sirve para abrir y cerrar un orificio para interrumpir la comunicacíon entre 2 órganos

miércoles, 26 de octubre de 2016

alcachofas a la brasa

ingredientes
6 alcachofas
1 limón
aceite y sal al gusto

preparacion

se sacarán las hojas exteriores (después de limpiarlas) y para evitar que se ennegrezcan se frotarán con limón y se sazonarán con sal. Posteriormente se colocarán en una bandea al horno y se cocerán con el gratinador; de vez en cuando se irán rociando con aceite, hasta que estén blandas. Servir inmediatamente

ensalada de arroz

ingredientes
arroz largo
queso manchego tierno
piña
lechuga
salsa rosa

preparacion
hervir el arroz en abundante agua con un poco de sal y un chorrito de aceite, posteriormente refrescar y escurrir bien, depositar en un recipiente y dejar enfriar. Trocear la piña a daditos; lo mismo se hará con el queso manchego (debe ser muy tierno). Mezclar el arroz con el queso y la piña revolviéndolo bien; después añadir la salsa rosa, y revolver otra vez hasta que estén todos los ingredientes uniformemente distribuidos. Por último, colocar todo en una fuente redonda y añadir la lechuga picada (muy pequeña), que servirá para adornarla por todo su contorno. Servir la muy fresca

Lo que debe saber la madre embarazada

el embarazo se inicia el día en que el óvulo comienza a desarrollarse en el útero. Esto sucede cuando el óvulo ha sido previamente fecundado, generalmente en la parte inferior de las trompas, y transportado después al útero, o cavidad uterina, en cuya membrana mucosa se implanta. Transcurren unos diez dias entre la fecundación del óvulo y su implantación en el útero. Como la fecha de estos dos acontecimientos no puede determinarse exactamente, el embarazo se cuenta desde el primer día de la última menstruación normal.
El embarazo dura 280 dias; es decir 40 semanas. Los médicos se expresan también en el sentido de diez meses de embarazo, atribuyendo ventiocho días a cada uno de ellos. En la práctica, la fecha probable del nacimiento se calcula contando 3 meses hacia atrás a partir del primer día de la última menstruación y añadiendo siete días. Si, por ejemplo, la última menstruación empezó el 5 de julio, puede esperarse el niño siete días después del 5 de abril; es decir, aproximadamente el 12 de abril. Sin embargo, los embarazos varían considerablemente y se consideran normales entre los 267 y los 294 días. De esta forma, el nacimiento puede ocurrir una o dos semanas antes o después de la fecha calculada, sin que pueda considerarse anormal en ningún aspecto el desarrollo del niño.

alabanzas al señor

en las puertas del cielo venden zapatos
para los angelitos que van descalzos en
las puertas del cielo venden sombreros
para los angelitos que van sin ellos en el
cielo hay un castillo, pintado de colorado,
que lo pintò jesucristo con sangre de su
costado. En el cielo hay un castillo pintado
de negro y blanco que lo pintò jesucristo
para el espìritu santo.

Villancico (canciòn)
¡pastores a belèn!
¡vamos con alegrìa
que ha nacido ya el
hijo de marìa! Allì, allì
nos espera jesùs.
Llevemos, pues,
turrones y miel, para
ofrecer al niño en belèn
¡vamos, vamos!
Vamos a ver,
vamos a ver al
recièn nacido,
¡vamos a ver al niño
en belèn!

Pastorcitos (canciòn)
¡venid pastorcitos!
¡venid a dorar al rey
de los cielos que ha nacido
ya! dicen los pastores que vieron
bajar una luz del cielo, derecho
al portal. ¡despièrtense niños!
¡despièrtense ya! Que los reyes

magos han llegado ya

Los hijos de la vida

ellos son los hijos de la vida que trata de llenarse así misma. Ellos vienen a través de vosotros pero no de vosotros. Y aunque ellos están con vosotros no os pertenecen les podéis dar vuestro amor, pero no vuestros pensamientos. Porque ellos tienen sus propios pensamientos. Podéis dar habitáculo a sus cuerpos pero no a sus almas,  pues sus almas habitan en la casa del mañana, la cual no ser puede visitar, ni tan siquiera en los sueños. Podéis anhelar ser como ellos, pero no luchéis para hacerlos como sois vosotros. Porque la vida no marcha hacia atrás y no se mueve con el ayer. Vosotros sois los arcos con los que vuestros hijos, como flechas vivientes son lanzados a la vida. El gran arquero ve la diana en el camino del infinito, y la dobla con su poder y sus flechas pueden ir rápidas y lejos. Haced que la forma en que dobléis el arco en vuestras manos sea para alegría, el también, además a amar la fecha que vuela, ama el arco que es estable

carta de un hijo a sus padres

•   no me des todo lo que te pida, a veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo tomar
•   no me grites, te respecto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.
•   No des siempre órdenes...si en vez de órdenes, a veces, me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.
•   Cumple las promesas, buenas o malas... si me prometes un premio dámelo, pero también si es castigo.
•   No me compares con nadie, especialmente con mis hermanos. Si tú me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir, y si me haces lucir peor que los demás seré yo quien sufra.
•   No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer, decídete y mantén esta decisión
•   déjame valerme por mí mismo, sí tú haces todo por mí, yo nunca podré aprender
•   no digas mentiras delante de mí ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro, me harás sentir mal y perder la fe en lo que me dices.
•   Cuando yo haga algo malo, no me exijas que te diga por qué lo hice, a veces ni yo mismo lo sé
•   cuando estés equivocado en algo, admítelo. Crecerá la opinión que yo tengo de ti y me enseñaras a admitir mis equivocaciones tambien.
•   No me digas que haga una cosa que tú no haces, yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas, pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.
•   Enséñame a amar y conocer a dios. No importa si en el colegio me quieren enseñar porque de nada vale si yo veo que tú ni conoces ni amas a dios
•   cuando te cuente un problema mío no me digas: no tengo tiempo para boberías o eso no tiene importancia. Trata de comprenderme y ayudarme
•   y quiéreme, y dímelo, a mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no creas necesario decírmelo


diez mandamientos para formar delincuentes

1. de al niño todo lo que desee, así crecerá con la idea de que el mundo le pertenece
2.  cuando diga palabras feas, celébrelo con risas. Le hará pensar que es ingenioso y esto lo alentará a aprender frases “mas ingeniosas”
3.  nunca le dé instrucción espiritual alguna. Espere hasta que sea mayor de edad y entonces déjelo decidir por sí mismo
4.  evite el uso de la palabra “incorrecto”. Puede crearle un complejo de culpabilidad. Así más tarde, cuando sea arrestado por robar un automóvil, creerá que la sociedad está contra él y que se le persigue
5.  recoja todo lo que él deje tirado: libros, zapatos, ropa. Hágale todas las cosas de modo que se acostumbre a echar toda la responsabilidad sobre otros.
6.  Déjelo que lea cualquier material impreso que llegue a sus mano
7.  mantenga fuertes peleas en presencia de sus hijos. De modo no se sorprenderán si hay un divorcio
8.  dele a su niño todo el dinero que el desee gastar. Y por ningún motivo permita que él lo gane por sí mismo.
9.  Satisfaga todo lo que que él pide de manera inmediata: comidas, bebidas, comodidades y ocúpese de que todos sus deseos sean complacidos.

10. Póngase de su parte en todo momento en contra de maestros, vecinos y policías. Siempre deberá de estar de lado de su hijo para que el  pueda ver que usted entiende que todos son prejuiciosos contra su hijo

un viaje por el llano

un día salió para el llano un señor muy rico. Iba en compañia de su ayudante, llamado josé. El señor comerciaba en ganado, pero nunca había ido al llano. La mañana de la partida, él y su ayudante montaron en sus caballos y tomaron el camino del llano. El señor no quería hacer el viaje en automóvil o en cualquier otro vehículo, sino a caballo. Camina que camina. Así pasaron todo el día. En la tardecita llegaron a una casa de hospedaje, donde pidieron comida y una habitación. Comieron y se acostaron, y tan cansados estaban, que al momento se quedaron dormidos. Al día siguiente continuaron el viaje. Como a las diez de la mañana comenzaron a atravesar el llano. El señor se quedó sorprendido ante la sabana inmensa sorprendido miraba todo. Por eso le preguntó a su ayudante: --¿el llano es todo así, josé? A lo que respondió josé:
--casi todo: sabana y más sabana siempre. Pura sabana planiiita
conversando sobre el llano siguieron camino. Una bandada de garzas levantó el vuelo desde la orilla de una laguna. Las perdices silbaban en los pajonales. Una paraulata dejó oír su canto de oro desde un recodo del camino. Anda que anda. Ya la noche se avecinaba. ¿acaso podían continuar con la noche? Tenían que apurar el paso para llegar a un bosquecito no muy distante del lugar donde se hallaban. José sabía que el bosquecito no debía estar tan lejos.
¿cuántas veces no había hecho él ese mismo viaje? Anda que anda. Al poco rato comenzaron a ver una mancha verde bastante pronunciada. Era el bosquecito. Sigue que sigue. Sudaban los caballos. Cerca del bosquecito pasaba un rio. Era pequeño, pero su corriente tenía mucha fuerza. Cuando los viajeros llegaron al bosquecito, lo primero que hicieron fue buscar los árboles adecuados para colgar las hamacas. En el llano es peligroso dormir en el suelo, porque abundan las culebras venenosas. Abunda la cascabel, por ejemplo el tigre tambien acecha al ganado que se acerca a los ríos y a las lagunas a tomar agua. Cuando el tigre tiene hambre, se esconde en los tomaderos y allí espera pacientemente la llegada de su presa. Espera hasta que el animal se inclina a tomar agua. Entonces salta sobre él y le clava sus agudos colmillos, a la vez que le vuelve tiras el cuerpo con sus garras de acero. Eso hace el tigre sanguinario. Un enorme tigre acechaba en esos días los animales que iban a beber agua a la orilla del río.
Era un tigre con hambre. Cuando los viajeros llegaron al bosquecito, no vieron las huellas del tigre marcadas en la arena de la playa. Pero como a la media hora de haberse acostado, comenzaron a oír algo así como unos rugidos profundos --¿qué será eso? ---preguntó el señor a su ayudante, a tiempo que se sentaba en la hamaca. ---seguramente alguna vaca que viene a beber agua –dijo el ayudante. Pero josé, buen conocedor del llano, no había oído con claridad el rugido del animal. Pocos minutos después se volvió a oír el rugido, más cercano aún, y fue entonces cuando josé anunció: --arregle la escopeta, señor que el rugido es de tigre. --¿de tigre?¿estás seguro? --sí, señor, muy seguro. Ese ruido es de tigre. --¿y no crees tú, josé, que ese animal puede llegar de un salto hasta donde estamos nosotros? --interrogó preocupado el señor. -- es imposible-- le respondió josé---. Estamos a buena distancia del suelo. No se preocupe. Y así era, en verdad. El rugido lo profería un tigre. Un tigre enorme, muy grande, que caminaba muy despacio y que mientras caminaba movía la cabeza de un lado a otro.
Así caminando pasó por debajo de los árboles donde estaban los viajeros y fue a detenerse un poco más allá, a la orilla del río. La luz de la luna lo iluminaba todo. Sobre la arena de la playa, inmóviles, estaban el tigre y su sombra fue cuando josé propuso: --¿disparamos, seño? --¿y piensas tú que no hay ningún peligro? --no, no hay –manos a la obra entonces –dijo resuelto el señor--. Apuntemos al mismo tiempo. --¡pipum! ¡pipum! --retumbaron los dos disparos en la tranquilidad de la noche. El tigre dio un salto, cayó al suelo y desapareció arrastrándose por entre unos matorrales –le pegamos bien--- exclamó josé con alegría---. Pero es bueno esperar la mañana, porque no se sabe si está muerto. Y agregó al instante: -- tigre mal herido es más peligroso que tigre sano. Al dia siguiente, muy temprano, los viajeros bajaron de los árboles. Un reguero de sangre señalaba al camino que había tomado el tigre. A corta distancia lo hallaron, tendido en un mogote. Estaba muerto. Era un hermoso tigre rojo con finas manchas negras como puñales. Largo rato estuvieron contemplándolo. Después le sacaron el cuero. Tres zamuros descendían en línea recta desde lo alto del cielo, como si hubieran divisado ya los restos del animal
con el cuero sobre las ancas del caballo de josé, los viajeros continuaron el viaje. Anda que anda llano adentro por los caminos con sol. Un sol duro y metálico que caía sobre todas las cosas pero ya los viajeros nada sentían de cansancio ni de distancias. Por el contrario, medida que avanzaban, aumentaba en ellos el regocijo y la satisfacción ¿no era acaso un tigre lo que habían matado? ¿un verdadero tigre? ¡un tigre!


de por qué el cochinito doméstico se convirtió en cochinito salvaje

cierto día en que cochinito doméstico salió a dar un paseo, sintió ruido. Asustado, se escondió detrás de un árbol, y asomando la cabeza vio a pavito salvaje que andaba entre las matas. Cochinito doméstico, saliendo de su escondite, fue a su encuentro. --¿cómo está, amigo pavito? --- le preguntó
--muy bien, amigo cochinito; pero, ¡qué gordito está usted! ---¡cómo no he de estarlo! Si en mi corral tengo abundante comida. Y a propósito, amigo pavito, ¿por qué no viene a vivir conmigo? Allí podrá usted comer en abundancia y engordar todo cuanto quiera.
--¡oh!, amigo cochinito, agradezco mucho su invitación; mas no me seduce nada que me engorden para después comerme. --¡ay!, amigo pavito, ¡es tan bueno comer todos los días! --es verdad, amigo cochinito; sin embargo, dentro de unos meses, cuando ya usted esté asado, todavía yo podré gritar: ¡pascual! ¡pascual! Además, aquí en el bosque estaré flaco, pero, en cambio, soy libre --¡caramba! Usted tiene razón –dijo cochinito---, desde hoy me quedo a vivir en su compañía. Y desde entonces cochinito doméstico se convirtió en cochinito salvaje

poema alegría

árbol noble, yo te canto, yo te canto,
árbol sencillo, yo que crezco y me
levanto lo mismo que un arbolillo. Quiero
en ti copiar mi vida y alzarme sobre la
ruta, como copa florecida que da sombra
y que da fruta. Tierra madre, madre tierra,
no le diste al hombre el ser, para hacérselo
perder en el ocio o en la guerra. Yo quiero
seguir tu modo paciente, sano, fecundo, y

sembrar en este mundo, para después darlo todo

el cocuyo y las estrellas cuento

había una vez un cocuyo, chiquito pero ambicioso. De noche se quedaba mirando las estrellas y decía: --aquéllas son hermanas mías. ¡qué suerte la de ellas brillar en el firmamento azul!¡qué lindas lucen! Todo el mundo las admira. Yo, en cambio, ¡qué infeliz soy! Mi lucecita se pierde en la inmesa oscuridad de la sabana. Una noche el cocuyo sintió tanta envidia de las estrellas, que decidió subir hasta alcanzarlas. Antes, sin embargo, quiso consultar a una ardilla vieja y sabia, para saber qué camino seguir. La ardilla escuchó el deseo del cocuyo, pensó un rato y, al fin, contestó:

--amigo cocuyo: no conozco camino alguno que lleve camino alguno que lleve camino al cielo. De todos modos, prueba a montarte en aquel jabillo grande: su rama más alta debe estar muy cerca del cielo. --gracias –dijo el cocuyo a la ardilla, y echó a volar en dirección al jabillo. Subió por el tronco y llegó hasta la rama más alta. Más arriba no podía encaramarse nadie. Pero... ¡qué desengaño! Desde tanta altura las estrellas se veían aún muy altas, ¡demasiado arriba! Entonces, el  cocuyo rompió a llorar, a llorar desconsoladamente. Su llanto no hubiera terminado, si un chip-chiiip, que venía de una rama más abajo, no le hubiere llamado la atención. Era un pichoncito de azulejo que le decía a su mamá: --mamita, una estrella se ha posado en la rama de arriba de nuestro nido. Al oír ésto, el cocuyo se estremeció de contento y dijo para sí: ¡ahora también yo soy una estrella...! desde entonces el cocuyo dejó de envidiar a las luces del cielo. Todas las noches iba a prender su farolito sobre el nido de azulejos. Y, así, se sintió feliz por toda la vida.

martes, 18 de octubre de 2016

violeta y juanito

violeta y juanito eran dos hermanos que se querían mucho. Los dos niños dormían en la misma habitación; pero cada uno en su camita. Una vez violeta se enfermó, y su mamá le dio una medicina. A medianoche, juanito se despertó, se puso los zapatos, encendió la luz y muy despacito fue a la cama de violeta. Él estaba muy inquieto con la enfermedad de su hermanita. ¡eran tan felices cuando podían jugar! Le tocó la frente y se dijo: --violeta tiene fiebre.¡pobrecita! Debe tener frío con una sola cobija. Entonces volvió a la cama, cogió su cobija y se la echó encima a violeta.

El niño se acostó nuevamente; mas no se quedó dormido hasta el amanecer, porque tenía mucho frío. Cuando los padres se levantaron, se dieron cuenta de lo que había hecho juanito, y cogiendo una cobija lo taparon. Al despertar violeta, la mamá le explicó por qué estaba abrigada con dos cobijas y la niña, que ya se había curado, muy contenta, fue al lado de su hermanito y lo besó en la frente. Juanito abrió los ojos y, al ver a violeta, sonrio feliz

lunes, 17 de octubre de 2016

El dientico de leche

saturnino, el más viejo de los habitantes de la cueva de ratones, contaba a sus intranquilos nietos relatos de su juventud. Cierto día les contó lo siguiente: “--cuando yo era muy ágil y fuerte, era el encargado de recoger los dientecitos que los niños se sacaban. ¡no se imaginan ustedes los sitios tan raros donde se les ocurre esconderlos! Algunos los ponen debajo de la cama; otros detrás de las patas de los escaparates o mesas de noche y hasta hay algunos que los meten debajo de las almohadas y entonces pasamos horrible trabajo para recogerlo sin despertar a sus dueños! Una vez me mandaron a buscar el diente de un príncipe que vivía en un bellísimo palacio. ¡qué emocion! ¡cómo me sentía de alegre por semejante tarea!...
muy tarde, ya de noche (pues el príncipe no se dormía antes de las nueve) me fui hacia su alcoba, con una enorme moneda que me habían dado para dejarla en vez del diente mientras me dirigía hacia allí, tenía mi mente llena de ideas emocionantes. Me imaginaba que el diente del príncipe sería casi tan grande como yo y de puro oro, tanto es así que mi mayor preocupación era encontrar cómo llevármelo por si no lo podía cargar yo solo. Un poco antes de entrar al cuarto del príncipe, sentí olor a gato y di varias vueltas por los estrechos corredores de las paredes con el fin de librarme de él. Ya de nuevo cerca de mi meta, sentí olor a perro y volví a dar otro paseo para no encontrarme con el animal. Me sentía bastante cansado por tener que arrastrar la moneda algo grande para mí. Por fin llegué sin más contratiempo. Solté la moneda junto a una pelota de variados colores que junto a la cama blanca descansada del saltarín ajetreo a que la había sometido su dueño en el día.

Busqué mucho el dientecito de leche bajo la cama... bajo la mesa de noche... dentro del escaparate, en el estante de los juguetes...¡nada..! ya estaba por irme creyendo que era una falsa información, cuando se me ocurrió montarme en la cama para ver al niño de cerca, pues nunca había conocido a un príncipe y quizás no se me volvería a presentar dicha ocasión ¡qué lindo era! Sus crespos y negros cabellos se veían sobre la blanca funda como un poco de noche en la espuma del mar. Cuando lo miraba, vi el puño entrecerrado del principito y ¡cual no sería mi sorpresa! Por entre sus pequeños dedos se veía el dientecito de leche blanquísimo y de tamaño mínimo. ¡esa fue la mayor sorpresa y lección de mi vida! Yo creía que los príncipes eran distintos a los demás seres humanos y me había equivocado. Nunca he depositado una moneda con más gusto que entonces. Me gustó tanto esa aventura que más nunca la he olvidado”

jueves, 13 de octubre de 2016

Gazpacho andaluz (6 personas)

ingredientes
1 pepino
4 pimientos
8 tomates maduros (fuertes)
1 rebanada de pan blanco
un diente de ajo
1 cebolla pequeña
zumo limón, sal y aceite de oliva

preparacion

rallar o triturar el pan hasta obtener pequeñas migás. Mondar pepinos, pimientos, tomates y cebolla y pasarlo todo, junto con el ajo, por una batidora eléctrica. Colar todo con un colador chino y añadir al líquido obtenido un chorro de aceite, zumo limón y sal a gusto. Agregar agua hasta obtener un caldo más o menos consistente. Poner en la nevera servir bien frío. Acompañar con cuadritos de pan frito, pimiento, tomate, pepino y cebolla cortadas en daditos

ensaladilla rusa

ingredientes
zanahorias
judías verdes
guisantes
champiñones (1 ó 2 cucharadas)
patatas
alcaparras (1 cucharada)
mayonesa
pimientos y aceitunas
huevos duros

preparacion
zanahorias hervidas y cortadas en daditos, la misma cantidad de judías verdes, hervidas enfriadas y cortadas en daditos. Una o dos cucharadas de champiñones cocidos y cortados. Patatas hervidas, enfriadas y troceadas. Reunir todos estos ingredientes en una vasija o en una fuente honda y mezclarlos con mayonesa; poner el conjunto formado pirámide, recubrir la superficie con salsa mayonesa y decorar con filetitos de pimiento, aceitunas y huevos duros partidos por la mitad longitudinalmente.