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martes, 20 de septiembre de 2016

Tarta magdalena

ingredientes
6 huevos
2 panelitas de mantequilla
1 cucharada de azúcar de nevar
1/4 de kg de azúcar
1/4 de Kg. De harina
1 cáscara de limón rallada
1/2 cáscara de naranja rallada

preparación:
batir las yemas junto con el azúcar. Derretir la mantequilla, añadirla. Agregar la harina y batir. Aparte, batir las yemas de huevo a punto de nieve junto con el azúcar, añadir las ralladuras de limón y naranja, mezclar bien las preparaciones. Engrasar previamente con mantequilla un molde y verter las mezclas. Llevar al horno moderado, por 30 minutos aproximadamente. Desmoldar y espolvorear con un poco de azúcar de nevar


asado negro con hojuelas de platano verde

Ingredientes:
1 muchacho redondo de 1k
3 cebollas
1 pimentón verde
6 ajíes dulces picaditos
6 ajos machacados
2 cucharadas de salsa inglesa
1 cucharada de sal
1 taza de papelón rallado
2 hojas de laurel
1 cucharada de orégano
1 cucharada de comino
6 dientes de ajo
1/2 taza de vino tinto dulce
2 plátanos picados en hojuelas
aceite de freír

preparación:
aliñar el muchacho redondo de un día de anterioridad con los ajos machacados, la sal y la salsa inglesa picar la cebolla, los ajos los ajíes dulces y el pimentón verde en trozos pequeños. Dorar la carne por todos los lados en un caldero con aceite y papelón rallado. Retire la carne y agregar más aceite para sofreír el aliño. Colocar de nuevo la carne, agregar agua suficiente y añadir las hojas de laurel, el orégano, el comino, el papelón rallado y la sal al gusto cocinar por aproximadamente hora y media o hasta que ablande. No dejar que seque la salsa y rebanar el muchacho en ruedas finas. Acompañar con hojuelas de plátano verde y arroz blanco

hojuelas de plátano:

pelar el plátano y cortar hojuelas finas freír en un caldero con suficiente aceite absorber la grasa con papel absorbente.

galletas de avena

ingredientes
3 tazas de harina de trigo
1 taza de avena en hojuelas
1 taza de mantequilla
3 huevos
1 cucharada de vainilla
2 cucharadas de polvo de hornear
1 cucharada de sal
1 taza de azúcar

preparación:

mezcle el azúcar, huevo y vainilla agregue la mantequilla hasta obtener una mezcla cremosa. Añade la harina de trigo, polvo de hornear y avena amasando hasta que compacte envuelva la masa en un paño o plástico y refrigere por 2 horas estire la masa con un rodillo y corte las galletas de la forma y el tamaño que desee. Empolvore las galletas con azúcar una vez que estén en la bandeja. Hornee por 10 minutos 350° (180°)

Pechuga de pollo con mermelada de durazno y jengibre

ingredientes
6 pechugas de pollo aliñadas con sal y ajo
6 cucharaditas de mermelada de duraznos
2 cucharaditas de jengibre rallado o picado
6 cucharadas de salsa soya
1 paquete de cebollina picados
1 cucharada de picante al gusto

preparación:

aliñar las pechugas deshuesadas con ajo machacado y sal, preferiblemente desde el día anterior. Dorar en un sarten con mantequilla, por los dos lados y colocar en un molde refractario o pyrex. Preparar la salsa mezclando todos ingredientes: mermelada, jengibre rallado, salsa de soya, cebollines picados y picante al gusto cubrir las pechugas de pollo con la salsa. Tapar con papel aluminio y hornear por media hora 350°C destapar y servir bien caliente con arroz de jazmine o parboiled y vegetales adornar con trozos de durazno fresco en rebanada

lunes, 19 de septiembre de 2016

La flor mas grande del mundo

nada mas empezar la primera pagina, sale el niño por el fondo del huerto y, de árbol en árbol, como un jilguero, baja hasta el río y luego sigue su curso, hasta que de pronto llego al límite del campo que se atrevía a recorrer solo. Desde allí en adelante comenzada el planeta Marte. Desde allí en adelante, para nuestro niño, hay solo una pregunta: “¿voy o no voy?”... y fue. El río se desviaba mucho, se apartaba, y del río ya estaba un poco harto porque desde que nació siempre lo estaba viendo. Decidió entonces acortar camino, entre extensos olivares, unas veces caminando junto a misteriosos setos vivos cubiertos de campanillas blancas, y otras adentrándose en bosques de altos fresnos donde había claros tranquilos sin rastro de personas o animales, y alrededor un silencio que zumbaba, y también un calor vegetal, un olor de tallo fresco como una vena blanca y verde.

¡oh, que feliz iba el niño! Anduvo, anduvo, hasta que los arboles empezaron a escasear y era ya un erial, una tierra de rastrojos bajos y secos, y en medio, un inhóspita colina redonda como una taza boca abajo. Se tomó el niño el trabajo de subir la ladera, y cuando llegó a la cima, ¿que vio? Ni la suerte ni la muerte, ni las tablas del destino... era solo una flor. Pero tan decaída, tan marchita, que el niño se le acercó, pese al cansancio. Y como este niño es especial, como es un niño de cuento, pensó que tenía que salvar la flor. Pero, ¿que hacemos con el agua? Allí, en lo alto, ni una gota. Abajo, solo en el río, y ¡estaba tan lejos!...
no importa...

baja el niño la montaña,
atraviesa el mundo todo,
llega al gran río nilo,
en el hueco de las manos recoge
cuanta agua le cabía.
Vuelve a atravesar el mundo
por la pendiente se arrastra,
tres gotas que llegaron
se las bebió la flor sedienta.
Veinte veces de aquí hasta allá,
cien mil viajes a la luna,
la sangre en los pies descalzos,
pero la flor erguida
ya daba perfume al aire,
y como si fuese un roble
ponía sombra en el suelo.

El niño se durmió debajo de la flor. Pasaron horas, y a los padres, como suele suceder en estos casos, comenzaron a sentirse muy angustiados. Salió toda la familia y los vecinos a la búsqueda del niño perdido. Y no lo encontraron. Lo recorrieron todo, desatados en lágrimas, y era casi la puesta de sol cuando levantaron los ojos y vieron a lo lejos una flor enorme que nadie recordaba que estuviera allí. Fueron todos corriendo, subieron la colina y se encontraron con el niño que dormía. Sobre el, resguardándolo del fresco de la tarde, se extendía un gran pétalo perfumado, con todos los colores del arco iris. A este niño lo llevaron a casa, rodeado de todo el respecto, como obra de milagro. Cuando luego pasaba por las calles, las personas decían que había salido de casa  para hacer una cosa que era mucho mayor que su tamaño y que todos los tamaños.

Mi abuelo en navidad

Yo no conocí a mi abuelita lula, porqué cuando nací ya ella no existía, pero, todos los años, al llegar el mes de diciembre, pienso en ella. No puedo dejar de hacerlo porque mi mamá, en estos días de diciembre, todos los años, comienza por sacar sus cajas del cuartito de los corotos (ese donde guardamos lo que no se usa siempre, o lo que no se sabe cuándo se usará, como mi bici pequeñita o la aspiradora de antes). Me gusta mucho estar allí cuando ella saca esas cajas. Es como una ceremonia, como si la magia de la navidad comenzara justo cuando esas cajas destapadas. Mamá las carga hasta el centro de la sala, y yo voy tras ella, ahora que estoy más grande la ayudo llevando algunas. Cuando estaba más chiquita solo  la seguía como en una marcha de fiesta. Cuando las tenemos a todas allí, nos sentamos en el piso y las vamos abriendo. Están cubiertas de papeles todos arrugaditos, y de paja también. Hay que revisar con cuidado porque cada cosa allí está muy envuelta, y está así desde el pasado enero.


¿Y saben lo que sale de ellas?

Salen pastores de ovejas y ovejitas, salen casas pequeñas de cartón y de barro y hasta de corcho, salen arbolitos, unos de papel, y hay unas palmeritas de metal, y allí justo allí es cuando mamá comienza a nombrar a la abuela lula, dice:

--estas palmeritas eran de mamá,

pero antes fueron de abuela mercedes.

 Y  después cuando salen de las cajas los 3 reyes magos, y ella dice lo mismo, y cuando sale una señora que lleva un jarrón montado en el hombro, y otra pequeñita con pañuelo en la cabeza y como una bolsa de tela a un lado y su mano levantada como si regara maíz para las gallinas, y cuando sale el puentecito que pondremos sobre el río de papel celofán, y cuando sale el muchacho de sombrero, con el perro junto a el, mira colocándose la mano sobre los ojos como para protegerse del sol, y cuando sale el pavo real y la gallina con los pollitos, y un cochinito de metal que pesa aunque es tan pequeño, y más aún, mamá habla de abuela lula cuando salen, de una de la caja mejor acolchada con pajita y papelitos arrugados: san José, la virgen y el niño Jesús.

Entonces las mismas cajas nos sirven para hacer un cerro grande que cubrimos con telas, y al fondo ponemos el cielo en donde yo pego las estrellas de escarcha, y la mayor, que también sale de las cajas, lleva como botones brillantes y también era de la abuela lula. Nosotras dos, mamá y yo, preparamos todo el pesebre cada navidad. Mi hermano grande también se une a nosotras a inventar y se divierte colocando lucecitas por aquí y por allá y, sobre todo, desenredando cables y arreglando las instalaciones para que todo se vea iluminado, pero él ahora vive con otra ciudad y alcanza a venir justo para los últimos toques, cuando ya es de el día y todo deberá estar listo. La visita que todos esperamos con más cariño para estos días de diciembre es la del abuelo.  Este año abuelo HILARIO ha estado un poco enfermo, con quebrantos, y lo hemos visitado poco, porque vive en maracaibo, muy lejos de aquí, por eso es mas importante tenerlo hoy con nosotros.

Y hoy, 24 de diciembre, desde la mañana me desperté pensando en los regalos y el sol supo que era la víspera de navidad porque los rayitos se iniciaron suaves y me dejaron permanecer en la cama entre dormida y despierta. Pienso en el abuelo, y voy al patio con mi piyama puesta todavía y me parece que los pájaros en el mango saben también que día es hoy porque cantan con mas fuerza que nunca y vuelan de una rama a otra como si conversaran animadamente sobre la fiesta y lo mucho que he crecido, y todas esas cosas que los pájaros se dicen siempre. Hasta mi perra maya corretea alrededor y retoza gustosa, va y busca la pelota de colores que le lanzo, hasta parece reírse conmigo como si algo nuevo se avecinara. El árbol de mango, al que hemos adornado con muchas lucecitas, parece decir: ---¿cuándo llegará por fin el abuelo? Los pájaros y las nubes se mueven en el cielo, de un lado a otro, esperándolo también. Mamá, mi hermano y yo tenemos listos los regalos para él y los nuestros, para repartirlos esta noche y celebrar al lado del pesebre y del mango grande de nuestro patio. Me visto, desayuno y vuelvo al patio a jugar, estoy con mamá y mi hermano, esperando la llamada del abuelo hilario desde el aeropuerto o su llegada a casa, con su risa sonora de siempre. Tocan la puerta y maya y yo corremos, pero es el abuelo.

Es un camión grande del que se baja un señor y me pregunta por mamá, ella viene y lo recibe, es un paquete que envía el abuelo desde maracaibo, no vendrá. Entonces ella firma un papel y el le entrega un paquetico bien envuelto con cuerdas y cinta pegante, en la que dice en la letra del abuelo: “para mi nieta grabiela”. Mamá me abraza con su olor de jabón y me acompaña dentro para ayudarme con el paquete, pero yo estoy triste y casi no quiero mirar. Mamá se sienta a mi lado y lo abre, encuentra una pequeña carta, la leo sorprendida.

“querida grabiela:

no puedo acompañarte esta navidad, pero imagina que estoy allá contigo, porque me he metido en este sobre de tu regalo y me tendrás allá, no solo hoy sino siempre. Te doy un abrazo grande, grande, grandísimo, y otro para cada uno en casa.

Hasta siempre,

tu abuelito”

en la mesa del comedor, con tijerita en mano, voy cortando los amarres y desenvuelvo papeles hasta dar con un baulito de madera con flores en relieve, abro la cerradura y aparece el mundo: una tela dobladita muestra grandes flores rojas, la obro y es una pequeña manta guajira hecha a mi medida; de borlas de estambre de muchos colores penden 2 sandalias con suela de cuero. Aquí saco unos cuadernos pequeñitos dibujados, son una colección de cuentos de los que el abuelo me ha hablado, aquí sale un frasquito con un corcho de tapa y adentro tiene un diminuto barco de vela, lapices de colores, un trompo de madera, una bolsita tejida, caramelos de menta, cinta para mis trenzas. Cierro el baúl y me voy con ese tesoro a mi cuarto. En mi cuaderno de dibujo, con los nuevos lápices de colores, intento dibujar la sonrisa de abuelo, cuando escucho que mamá toca a la puerta. Le abro y trae otro regalo para mí, dice que ha decidido adelantarlo y dármelo ahora. Lo abro y es: un álbum de fotografías pequeñitos que dice en la portada: para grabiela en sus 9 años, con letra bonita de mamá que ha pasado la tarde o la mañana tratando de que quede la “G”  bien dibujada y la “i” luzca con su punto redondo y firme y la “a” tenga un rabito elegante y gracioso. Entonces lo abro y aparece el rostro de mi abuelo, grande con su cabello crespo y blanco con mi carita de bebe junto a la suya, y paso la pagina para verme sentada sobre sus piernas con mis 3 años jugando “arepita de manteca” y pasa la otra pagina y abuelo muestra su risa hilarante y sonora mientras con su mano mece la hamaca en la que estoy hundida a mis 6 años, y después veo el abuelo enseñándome el libro de las adivinanzas sentada en un banco de la plaza y yo estoy sentada a su lado con mi uniforme de la escuela tratando de leer lo que dicen aquellas paginas, y por ultimo, en la pagina que cierra el álbum, estamos los 2 viendo el horizonte marino en la bahía de puerto de cabello. Él tiene puesta una gorra roja y su camisa es de cuadros y parece mostrarme con su dedo en el cielo algún ave de paso mientras yo miro desde mi silla de ruedas, en la que tuve que descansar la última navidad después de la caída catastrófica que sufrí en las escaleras del colegio.

Cierro el álbum y pienso en la memoria de las cosas. Aquí, en estas fotografías me he vuelto a sentir cada día cerca de abuelo. Y me di cuenta de que más quiero de él es su risa, su alegría, y su manera de darme ánimo hasta en los momentos más tristes.  He llegado la noche de la navidad; mi hermano, mamá y yo nos sentamos alrededor de la mesa a cenar las hallacas y la ensalada, el dulce de lechos y la torta negra, nos reímos y recordamos otras navidades. Mi hermano pone música y maya acaba de entrar en una sola carrera y se ha llevado un rueda de pan de jamón de la mesa servida. Ahora ha llegado el momento de los regalos. Mi hermano trae una tortuguita en una fuente, es para mi. Yo tengo una pulsera con canutillos que hice para mamá, ella tiene para mi hermano una cámara fotográfica, para la cual pasaremos la noche posando la 2 y maya. Todos hemos mirado varias veces la silla donde suele sentarse el abuelo a la mesa. Mamá propone llamarlo y lo hacemos, cada uno habla a su turno y le desea el mejor día de navidad. Le cuento de lo mucho que me han gustado sus regalos y le deseo que se cure muy pronto. Ha llegado la hora de ir a la cama. Mamá preparó mi piyama y cambió mis sábanas, me dio el beso de las buenas noches y se fue a descansar. Entonces, contemplado la luna, saqué el álbum con las fotos de abuelito de debajo de la almohada y volví a mirarlo y mirarlo, y mientras me iba quedando dormida pensando en el cielo tranquilo de esta noche de mis 9 años. Le comenté al niño jesus,lo muy cerca que estaré siempre del abuelo y su alegría.

cuento el patio de la abuela

la abuela es pobre y no tiene muchas cosas, pero tiene. Tiene el aire  que juega debajo de la mata de mango y los frutos de mejillas de oro con que regala a los niños más negritos del mundo.
--señora, permiso
--¿que quieres?
--un mango
--entra, pero no me dejes las conchas en el patio.

 Los arboles rodean la casa de la abuela, vienen sembrados desde el río y se inclinan con la brisa del atardecer, huelen las tejas lentamente adormecidos y van sabiendo de cada uno de nosotros; las acacias tienen la timidez de una pestaña y los helechos extienden un pálpito de manos sobre la redondez del aire. Un lagartijo, aquí muy cerca, hace el amor con una lagartija. Los dos son verdes, pero rojos.

Y se muerden el cuello y refriegan temblorosamente contrapunteados por el sol del mediodía. Resuellan y se aman. Y se separan como si no se conocieran. El patio de la abuela es un camino de piedras con ojeras. Y es la abuela. Tan alta y extendida, tan sonriente, que parece que siempre amaneciera en cada una de las palabras que brotan desde el patio, como flores. Uno se va durmiendo poco a poco debajo de la piel de la abuela, en el patio, a su manera de quererlo a uno. Tiene todo lo que una abuela quiere tener: un patio, un árbol, una silla, un nieto y una flor. Por dentro tiene añales y caminos y cuentos de nunca contar. Se le ve en los ojos.   


Poemas

canciones del alma que se goza de haber llegado al alto
estado de la perfección que es la unión con dios por el
camino de la negación espiritual. Del mismo autor.

1. En una noche oscura
con ansias en amores inflamada
¡oh diosa ventura!
Salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada!

2. a escuras, y segura
por la secreta escala disfrazada
¡oh dichosa ventura!
A escuras y celada
estando ya mi casa sosegada

3. en la noche dichosa
en secreto que nadie me veía
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía

4. aquésta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía
adonde me esperaba
quien yo bien me sabia
en parte donde nadie parecía

5.¡oh noche que guiaste!
¡oh noche amable más que la alborada!
¡oh noche que juntaste
amado con amada,
amada en el amado transformada!

6. en mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido
y yo le regalaba
y el ventalle de cedros aire daba

7. el aire de la almena
cuando yo sus cabellos esparcía
con su mano serena
en mi cuello heria
y todos mis sentidos suspendía.

8. quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el amado,
cesó todo y déjeme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado

llama de amor viva
canciones del alma en la intima comunicación de unión de amor de dios

¡oh llama de amor viva
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro,
pues ya no eres esquiva,
acaba ya, si quieres;
rompe la tela deste dulce encuentro!

¡oh cauterio suave!
¡oh regalada llaga!
¡oh mano blanda!¡oh toque delicado
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga;
matando, muerte en vida la has trocado!

¡oh lámparas de fuego
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a su querido

¡cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno
donde secretamente solo moras
y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno
cuán delicadamente me enamoras!

prefijos de origen latino



Prefijos
Signicado
Ejemplo
abs
Separación, alejamiento
abstener
Ambi
Dualidad
Ambidextro
Anti
Oposicion
Antiestético, antinatural
Bi
Dos veces
bisabuela
Circum,circun
Alrededor de
Circumpolar,circunnavegar
Des, dis
No, sin
Desleal, disgusto
equi
Igual, equidistante
Equilátero
ex
Fuera de
Expresidente
In, im
Sin, falta de
Injusto,imposible
Infra
debajo
Infrascrito
inter
Entre
Interplanetario
Pos, post
Posterior, después
Postdata, posguerra
Pre
Antes
Predicho, prefabricado
Pro
En vez de
Pronombre
Re
Repetición
Recaer, rejuvenecer
Retro
Hacia atrás
Retroceder
Semi
Medio
semidiámetro
Sub
Debajo,inferior
Subcostal, subsecretario
Super
Sobre, muy
superpoblado
Tras,trans
Del otro lado
Traslúcido, transmarino
Tri
Tres
Tricolor
Uni
Uno
Unicolor,unicornio
Ultra
Más allá
Ultramar
Vice
En vez de
Vicepresidente
Vi
En lugar de
Virrey